La teleportacion. Capitulos 15-21. Parte I

Áîðèñ Àðòàìîíîâ
          El principio de julio. El d;a estaba nublado, c;lido y sin lluvia, era el tiempo preferible del viejo Paul. Naturalmente, hoy ;l era de muy buen ;nimo. Sin querer, olvidaba esa oscuridad, con cual ;l ten;a que encontrarse recientemente. El buen humor como si se destacara las escenas de alegr;a, pasadas y recientes, a trav;s de cuales su camino de la vida se extend;a y este camino era desusado largo y lleno de colinas.
          Sobre Tolik ;l ha sabido por adelantado, antes del principio de la expedici;n de pesca sobre Coronel y su pandilla, ya ;l sab;a que este hombre no merece ser rescatado, sin embargo, esto no anula la lucha contra el mal, en segundo lugar le gustar;a hacer algo agradable para la gente que ten;a alguna relaci;n con el sucesor Albert.
          El ;ltimo era una gran promesa y hoy ;l report; que anoche logr; teletransportarse a la casa, estando aproximadamente quinientos metros de ello. Despu;s de eso ;l ten;a que salir silencioso, para que la esposa notara nada y no adivinara, qu; capaz ahora ;l tiene. Solo luego ;l abri; la puerta con la llave y vino como si ;l viniera de la manera habitual. Nadezhda not; nada.
          Como siempre, Paul hoy estaba esper;ndole en Kalistovo. ;l hab;a llevado a Albert antes aqu;, al mismo lugar donde descansaba durante espiar el apartamento de Coronel en Podlipki. Hoy Paul ha acordado teletransportarse aqu; y esperarle durante una hora y deja Albert intentar;a alcanzar aqu; durante esta hora. La hora estaba terminando. No es problema que en primera vez sin lograr. Finalmente, el tiempo se acab;. Inmediatamente el viejo se movi; al lugar, donde hab;a dejado a Albert, pero nadie estaba all;. Entonces se teletransport; a la entrada bien conocida en Perlovka, subi; al cuatro piso, son; en timbre. Nadezhda abri; la puerta. Detr;s de ella, Albert que estaba de pie desconcentrado y se hizo alegre justo despu;s de ver a Paul.
          -Buenos d;as.
          -Buenos d;as. Parece que, amigos, os separasteis.
          -S;. Concertamos una cita, pero me retras;, tuve mucho que hacer, - el viejo minti;.
          -Sentaos mejor a tomar t;.
          El viejo concord; y pronto ya ellos conversaban en la cocina, sorbiendo el t; fuerte. Cuando Nadia sali; al cuarto, el viejo not;:
          -Parece que t; te arreglas a la condici;n necesaria, esto es vale, pero te cuesta recordar lugares. Naturalmente, lo que has recordado lo mejor, es tu propio apartamento. ;Qu; si hubiera una emboscada aqu;? Como ves, es necesario a mejorar la memoria visual. No creas como si necesitara todo en absoluto, yo tampoco lograr;a hacerlo. Justamente, no hagas los errores graves. Por ejemplo. Supongamos, tienes que subir a una plataforma alrededor de Mosc;, donde hay trenes el;ctricos. No hay ninguna necesidad a recordar de cantidad de barras de hierro en el cercado de plataforma, tambi;n el di;metro y longitud de ellos con una precisi;n entre mil;metros, no hay necesidad hacerlo en absoluto. Sin embargo, si el cercado de las barras de hierro fueran pintadas por el color amarillo, pero imaginas ello como si fueran hormigonas y blancas, entonces no podr;as aparecer all;. Lo principal, si ya lograste una vez, ahora podr;as estudiar hasta el grado necesario para s; mismo, porque ya comprendiste la idea principal. Tambi;n tengo una conversaci;n que ser;a mejor continuar en la calle. I ahora acabo de ver tu libro interesante "Tantra, el libro de los secretos". S; que all; son escritos las lecciones del predicador famoso de la Tantra en nuestra ;poca turbulenta, de Osho Radjneesh. Trae el tercer volumen a m;.
          Albert se fue al cuarto hacia las estanter;as. Tres vol;menes de la Tantra se mezclaron entre abundancia de los libros, los t;tulos de cuales dec;an poco a hombres simples, pero un lector curioso podr;a ser atra;do a estas estanter;as al menos durante un a;o. Como siempre, Albert sac; tercer volumen y se fue a la cocina.
          -;Cu;nto es siete a la tercera?
          -343, sin embargo, ;para qu;?
          -Aqu; para abrir la p;gina 343.
          -Albert abri; el libro en carton; marr;n en la p;gina necesaria y lo entreg; al viejo.
          -No es para m;. Recu;rdalo, - luego ;l aguz; el o;do y susurr; a su sucesor a la oreja:
          -Ser; nuestro lugar oculto. Yo subo aqu;, sabiendo itinerario de movimiento de ella, - el viejo se;al; hacia el cuarto. - En resumen, cuando ella est; ausente, yo pongo el dinero aqu;, por supuesto, en d;lares. Porque podr;s ganar el dinero s;lo despu;s de aprender a subir sin duda. Tambi;n, pondr; una nota si fuera alguna informaci;n urgente. Por lo tanto, examina m;s frecuentemente, incluso cuando no hab;a nada ya hace tiempo. En el contexto de la calma, la situaci;n puede cambiar repentinamente, pero puedes ser sin conocerlo, por lo tanto, est; atento, verifica. No te ofendas, pero si yo pusiera algo all; y no lo tomaras en primer d;a, entonces tengo que darte una se;al, haciendo en tu apartamento un desastre peque;o, por ejemplo, volcar; las sillas, romper; un vidrio peque;o, ello ser; una alarma.
          -No obstante, ;por qu; ti mismo no puedes aparecer aqu;?
          -Pueden nos vigilan. No verifiqu; todav;a. Vamos a continuar esta conversaci;n a la calle.
          Aproximadamente en veinte minutos los ambos estaban saliendo de la entrada. Durante ellos estaban caminando silenciosamente, la lluvia goteaba un poco, luego ces;. Paul interrumpi; el silencio.
          -Por cierto, yo s; en qu; campo vas a usar tus nuestras capacidades, - ;l report;, sonriendo astutamente.
          -;En cual?
          -"Si yo fuera un sult;n, tendr;a tres esposas", -  ;l cant;, casi susurrando, dos l;neas de una canci;n conocida a todo el pueblo desde una pel;cula vieja.
          -Eres un telepatista, por lo tanto, lo sabes. Probablemente, incluso t; me juzgas, crees, como si yo fuera a hacer tonter;as. Es posible que consideras que puedo crear un peligro, lo sabes de que hablo. Decir sinceramente, estoy muy sorprendido del ayer de la m;s buena manera. No s;, ;c;mo agradecerte! Pero creo que vas a demandar tal sacrificio, lo significa nada para ti, pero para m; lo ser;a una p;rdida considerable. Es decir, no use tu talento por motivos personales. Y deber; someterse, si no lo hiciera, entonces podr; respetar nunca a m; mismo.
          -;Aqu; no adivinaste! El que no se arriesga no cruza la mar. Esto de hecho ser;a una bagatela para Jesus Cristo, para Buda, pero tampoco para ti. Ello significa mucho para ti, especialmente teniendo en cuenta que eres uno de los ;nicos que saben qu; es el amor. Aquellos que son capaces de amar, incluso a las cuatro bellezas a la vez. Sin embargo, ;quien dijo, como si debieras amar s;lo a una? ;Es la sociedad una autoridad para ti?
          -;No me importa la sociedad! Lo ;ltimo que necesito es que pregunto la sociedad, c;mo debo joder.
          -Tienes el libro admirable, lo mismo, con el lugar oculto. Si leyeras el entero, pero s;lo una vez, lo significar;a como si no lo leyeras en absoluto. El gran maestro escribe que cuando estemos haciendo el amor, lo hacemos con la misma Existencia. La pareja es s;lo un intermediario. Es una ventana a trav;s de la cual miramos jard;n maravilloso y floreciente del Universo, donde la vida est; m;s hermosa y fuerte. Para ellas, tambi;n t; eres la ventana al universo. Las celos, la rivalidad - todo esto tiene lugar a causa del ego;smo. No. Ese nivel del desarrollo que est;s, lo significa mucho para ti, por lo tanto, no escuches los tontos, no ignores el amor. No tengo derecho a sacarlo de ti a causa de la seguridad. Simplemente, s; m;s cuidadoso - es la ;nica cosa que es demandada de ti. Yo tambi;n hace tiempo ten;a que mostrar esta capacidad varias veces. Unas veces, yo desparec;a de esta manera desde la Milicia. Todo pasaba bien. No hab;an ni hay colas del KGB, lo verifiqu; y m;s verifiqu;.
          -Si dijera sinceramente, ;soy feliz! Simplemente no lo s; que hacer en cambio para ti. Como si desde el nacimiento tuviera alas que eran cortadas y no lo sab;a, pero t; restituiste esas alas a m;. Y el mundo admirable se ha abierto delante de m;, sobre el cual no sospechaba antes.
          -Necesito nada. S;lo te pedir;a que no abandonaras a mi p;cara. Mi amiga antes de ella, con cual viv;amos, comprend;amos uno a otro, est;bamos unidos, ella muri; de vieja despu;s de cumplir m;s de setenta a;os. Pero esa chica es joven, casi una ni;a. Yo tambi;n la amo. Lo s; que en este mundo malo ella perecer;. Yo jur; que har; todo para que ella se encontrara en el extranjero m;s temprano, ser;a mejor en Estados Unidos. Aprendemos junto el ingl;s ahora. Si algo ocurriera a m;, s;lvala. Pedir; nada, excepto que esto.
          -No obstante, ;c;mo la encontrar;? No diste todav;a su direcci;n en Krasnoyarsk.
          -Si lo necesitara, ella misma te encontrar;. S; preparado que ella es peculiar. Cumple todos los caprichos de ella, esto no valdr;a nada para ti. Ella no te pedir; nunca lo que es dif;cil para ti. Hay s;lo una ;nica dificultad. Tenemos que hacer todo, para que ella parta a Am;rica para siempre y cuando sea posible, se instalar;a legalmente all;.
          -Har; todo que podr;. Tambi;n aumentar; mis capacidades, incluyendo para hacerse ;til a ti, por lo tanto, a ella. ;C;mo llama ella?
          -Olesya. Y no fueras t;mido. Incluso ella puede hacerse la quinta amante en tu "harem". Ella no te rechazar;.
          -;Por qu; est;s seguro as;? ;Y qu; hay de ti?
          -T; te sorprendes, porque no sabes sus inclinaciones, sus aspiraciones, sus principios. Pero soy conocido a ella as; bien que yo sorprender;a si ella te rechazara. Es permitido divertirse a ella y no lo consideramos c;mo una traici;n. Y ella no me abandonar; durante estoy vivo. Y esto no es impuesto a ella desde afuera. Los son sus propios principios, por lo tanto, ella les cumple con alegr;a. No creer;as, sino soy casi un ideal de ella, ciertamente, si el ideal fuera posible en la vida real. Si yo pereciera, ella se divertir; contigo, pero no m;s que eso. Su ideal es un mentor que es viejo, inteligente, estricto y bien conservado. Hombre que es capaz de entender cualquier expresi;n irregular de la naturaleza humana, aceptarlo, aguantarlo. Esto parece parad;jicamente, pero de su punto, tu defecto principal es la juventud. Ella no es capaz de amarte verdaderamente antes de has cumplido cincuenta a;os.
          -Hables de tal manera, como si fueras a partir a alguna parte.
          -Adivinaste. Ahora no aparecer; muy largo, si apareciera incluso alg;n d;a. La probabilidad quedarse vivo despu;s de hacer lo que voy a hacer, es menos del 50%.
          -;C;mo podr; saberlo?
          -Si no hubiera ninguna informaci;n desde m; m;s de dos semanas.
          -;Por qu; lo necesitas? T; tienes dinero. ;Quieres cambiar el mundo? ;Hay necesario de interferir?
          -Tienes raz;n. No soy el Se;or Dios a limpiar todo el mundo. Ser;a la misma tonter;a, como si tu esposa decidiera hacer la limpieza general no s;lo en el propio apartamento, sino en todos los apartamentos del edificio de nueve pisos que viv;s, tambi;n haci;ndolo gratis. Sin embargo, all; donde he estado, quiero limpiar y adornar mi camino. Lo hago durante toda la vida despu;s de cambiar, cuando el globo terraqueo se hizo para m; en proporci;n con tu apartamento.
          Mi ;ltimo caso era la eliminaci;n de Coronel por manos de chechenos, t; lo sabes. Fue absolutamente seguro para m;, sin embargo, la operaci;n no era usual bastante, ;sabes por qu;? Porque me encontr; con tal canallas que ya muy hace tiempo no ve;a. Ahora estoy seguro de Coronel ;l mismo buscaba su muerte. Incluso ;l lo quer;a sin darse cuenta. Yo simplemente aceler; el proceso. A;n queda una empresa m;s peligrosa, durante la cual, es probablemente, el Se;or me tomar; para S;, en caso si realmente yo no tuviera que hacer m;s en este mundo. Di el talento a ti. No eres m;s est;pido que soy y eres capaz de "subir" mejor que yo era despu;s del masacre terrible en las barraca de prisi;n, cuando en primera vez lo logr; accidentalmente. As; que, est;s a punto de moverse a donde quieres. Y Olesya no se perder;. Yo te creo, no lo permitir;s.
          De cual manera usar el talento que di, dejo decidir a ti mismo. T; solo lo decidir;s y ten cuidado para que las voces ajenas no sonaran en tu conciencia, cuando est;s decidiendo algo.
          Y por ;ltimo no olvide tu propia seguridad, verifica, si alguien te vigilara. Ya dijo, pero una vez m;s voy a recordarte: esta gente hace todo tipo de cosas para adue;arse tu regalo, por lo tanto, si no te estuvieras cuidando, cuida a esos que est;n cercas y queridas para ti.
          Ahora adi;s. Reza por m;. Si me ocurriera algo, no oses endiosarme. Soy pecador igual que todos, s;lo busco la perfecci;n. Puede ser nos veremos, pero pasar; mucho tiempo. Es mejor a esperar lo peor, para no lamentar luego. Por lo tanto, no digo "hasta la vista", sino adi;s.
          -;Adi;s, Paul! Intenta regresar. Intentar;.
          -Intentar;. ;Adi;s, Alik! - despu;s de decirlo, el viejo pens; profundamente, encerrando a s; mismo completamente, e inmediatamente despareci;.

          Cap;tulo 16. En problemas despu;s de alegra.
          El oto;o ha llegado. Albert cada vez m;s lograba estos desplazamientos deseados a trav;s del espacio. Tambi;m cada vez m;s, ;l ten;a que irse de viajes peque;os, para recordar m;s puntos claves, a donde podr;a aparecer de repente, “movi;ndose”, ya sea a cerca de una gran ciudad que en futuro puede hacerse necesario, como Paul una vez necesitaba ciudad Grozny, o en lugares hermosas y desiertas, m;s frecuentemente en los bosques alrededor de Mosc; y en en las regiones contiguas. Tambi;n ;l no olvidaba de usar las visitas junto con la esposa a las amigas de ella, recordando todos los detalles de sus apartamentos. Ni Nadezhda, ni sus amigas no sospechaban nada. A veces, el viejo daba se;ales, poniendo 100 ; 200 d;lares en la p;gina 343.
          Nadezhda cre;a que el marido ha encontrado alg;n trabajo, pero no narra. ;Puede ser que haya algo malo? Ahora ;l iba de campamento o viajaba m;s frecuentemente y ella supon;a como si ;l llevara alguna mercanc;a de una ciudad a otra. Y el viejo ces; de visitarles demasiado repentinamente. Sin embargo, algo la calmaba y ella no sab;a causa. M;s probablemente, era, como parec;a a ella, alguna alegra sin raz;n, la confianza de Albert en s; mismo y a la vez no hab;a ning;n miedo, ni pesadillas. Tales cosas usualmente tienen lugar con la gente que jugan a los juegos sucios o son espectadores de las muertes y mutilaciones a otra gente.
          Un d;a ;l encontr; un libro de texto de geograf;a que fue dejado en la casa desde la edad escolar. Albert narr; a ella, c;mo siendo un alumno en la escuela, ;l tomaba el libro y lo abr;a en la p;gina, donde la imagen barata de Nueva York en blanco i negro estaba, la vista desde el mar. Pod;a mirarla por un largo tiempo, cesando de o;r y ver lo que pasaba alrededor de ;l, probablemente, un hombre que est; cachondo, ve de tal manera una pornograf;a favorita, pero, ciertamente ;l no encontraba nada sexual y la causa era otra en absoluto. Am;rica incorporaba en s; mismo la libertad, de la cual la gente no pod;a incluso so;ar, estando en este nudo sovi;tico de v;boras. De la s; misma manera, alguien que es envenenado por los humos en una casa cerrada con el horno defectuoso, ;l buscar;a la grieta debajo de la puerta y aferrar;a con avidez a ella, tragando el aire fresco que falta as;, tambi;n alguien que derram; el agua en el desierto y afortunadamente, encontrando una fuente que est; filtrando apenas, ;l tragar;a cada gota preciosa con las l;grimas de alegr;a, sin cargarse s; mismo por los pensamientos filos;ficos que esto es s;lo el agua. Incluso el agua ordinario puede ser tan deseado y maravilloso.
          Ahora la libertad ten;a lugar aqu;. Aunque no era completa, aunque conten;a las impurezas sucias, pero era la libertad. Am;rica todav;a era rom;nticamente atractivo, pero no era hasta tal grado, aunque el inter;s en los pa;ses lejanos no era perdido. ;l entend;a que todos ellos viven como si al pie del volc;n que puede ser, no estar; en actividad unos cuantos siglos m;s, pero tambi;n puede entrar ma;ana en actividad y consumirles. Pod;a esperar lo que sea desde el estado monstruoso. El oeste continuaba a atraerle con la misma fuerza, sin embargo, pero con el inter;s rom;ntico era agregado el inter;s pragm;tico y cotidiano.
          Cada vez m;s ;l mir; esta p;gina amarillenta con la imagen de Nueva York y se imaginaba a cerca de la Estatua de la Libertad o en la Wall Street, o en la Quinta avenida. Pero no pod;a lograr y Nadezhda no entend;a que  le suced;a.
          "Probablemente, hay una parte considerable de conjeturas en mi Nueva York imaginario", - Albert cre;a. Entendi; que en vano no escuchaba a viejo Paul que no aconsejaba en tal casos no examinar las im;genes, sino a ver las pel;culas que contienen im;genes de localidades necesarias. Una vez ;l ha estado sentado dos d;as en el mismo cine, mirando la misma pel;cula documental, donde unas im;genes mostraban un lugar animado en Broadway. Una mujer, la empleada del cine le not; y ya empez; a considerarle como un loco. No ocurrir;a a nadie a mirar muchas veces una pel;cula que no es interesante para el p;blico ordinario. Es posible, ella lamentaba mentalmente que en esta ;poca ya no pod;a llamada el servicio psiqui;trico bajo tal pretexto y mandar a un manicomio un hombre que tiene en s; mismo algo desconocido e incomprensible. El espectador extra;o tambi;n apareci; el tercer d;a. Ella empez; a observarle. Como siempre, ;l estaba sentado en el fondo, mirando la pantalla demasiado atentamente.
          De repente, ;l despareci;. Estaba y no hay, como exist;a nunca. La empleada abr;a y cubr;a sus ojos. No. De hecho el espectador extra;o despareci;. Ella pas; a las ;ltimas filas, se agach;, mirando el piso entre las filas, como si buscara algo. Despu;s de alcanzar dos chicos que estaban sentados por delante de Albert que ha desparecido y por lo tanto, no notaron nada, ella susurr; a ellos:
          -Perd;n, chicos. ;Fum; nadie aqu;?
          -;De verdad? - uno de ellos susurr; y los ambos abrieron las palmas. - No hay humo, luego no hay fuego.
          Ella entendi; que ser;a mejor no narrarlo nunca a nadie de este espectador. ;l ya sea un loco o no exist;a nunca. En la versi;n ;ltima, ella misma ser;a considerada como una loca.
          En este momento, Albert, siendo abrazado por la alegr;a incre;ble, caminaba en las calles tranquilas de Nueva York antes del amanecer. ;l logr; teletransportarse inmediatamente despu;s de recordar que hora est; ahora en Nueva York, donde el tiempo es de ocho horas detr;s de Mosc;. ;C;mo pod;a olvidar este detalle evidente?
          ;l estaba lleno de emociones alegres. Sin embargo, una molestia ligera era agregada, porque ;l ten;a que trabajar un poco, elegir y recordar varios lugares, para teletransportarse a ellos mismos en futuro. Ten;a todav;a mucho trabajo agradable: asimilar muchos "puntos de apariencia" en todos los Estados Unidos, en toda la Am;rica de Alaska a la Tierra del Fuego, en toda la Europa, en todo el mundo. A causa de la alegr;a, le gustar;a cantar canciones, grit;ndoles en voz alta. Seg;n el pasado h;bito sovi;tico, ;l estaba conteniendo, pero en vano. Su canto se ahogar;a por el ruido de la gran ciudad. La gente que estaba apresur;ndose al trabajo y cada de ellos ten;a su propio caso, ellos no prestar;an atenci;n a ;l, incluso si prestaran, es dudoso que lo fuera provocado un deseo de arruinar su alegr;a incomprensible. En el momento de la marcha, ellos creer;an que probablemente este hombre ganara a la loter;a y despu;s de pasar cien pasos, olvidar;an de esto.
          -Are you happy? (";est;s feliz?" en ingl;s) - Albert oy; desde un agente de polic;a que estaba caminando.
          -Yes. I do, very much. ("S;. Estoy feliz mucho", - en ingl;s) Y la conversaci;n estaba terminada por esto.
          Y qu; importa que ;l no pronunci; suficiente correctamente estas palabras en ingl;s, incluso el agente de polic;a no estar;a sorprendida de esto. Nueva York est; lleno de los extranjeros. Y un hombre que lleva con ;l una alegr;a sincera, no es semejante en absoluto a un criminal. Albert entendi; que aqu; necesita intentar mucho para que se haga detenido en la estaci;n de polic;a a causa de sospecha. Dicen que la polic;a de los Estados Unidos es peor que en Estocolmo o Copenhague donde ;l todav;a no estaba. Puede ser, sin embargo, no es Rusia. Aqu; la polic;a captura los criminales, sin insultar la gente que osa ser diferente por algo.
          El sol se elev; alto y Albert separaba cada vez m;s lejos de Broadway. Las eriales de piedra estaban haci;ndose cada vez m;s inanimadas. ;l par; a cerca del edificio de piedra que estaba ya sea construyendo o derrumb;ndose. Ahora ya era nueve de la tarde en Mosc;, el tiempo a regresar. Sinti; alg;n mal a su derecha. Dos tipos negros estaban aproxim;ndose, teniendo intenciones malas que era sentido claramente. ;l ech; un vistazo a la izquierda. Tambi;n desde donde estaban aproxim;ndose dos tipos, negro y blanco. Todos ellos ten;an sus manos en los bolsillos. Podr;a no ser americano, ni saber el ingl;s, sino era suficiente para mirar una vez para entender que ellos son gamberros y sus intenciones no pueden prometer nada de bueno de hecho. Inmediatamente Albert teletransport; a Kalistovo. El fresco de la tarde le abraz; y la luz antes del atardecer pareci; demasiado rojo. Prob; teletransportarse atr;s. Logr;. Las voces males parecieron m;s fuertes despu;s del silencio y la luz del d;a c;mo azul despu;s del ocaso.
          -Fuck you! I've seen him as you. Just he was here. (";J;dete! Le vi c;mo estoy viendo a ti ahora. ;l acaba de estar aqu; justo ahora" - traducci;n del ingl;s)
          -Look! He's here again! Catch him! (";Mira! Est; aqu; de nuevo. ;Capt;rale!" - traducci;n del ingl;s)
          -Vio a cerca de s; mismo un poste fino de metal que fue levantado del suelo hasta la alta aproximadamente de diez metros. C;mo hace mucho tiempo en la ni;ez, entusiasmo juvenil le abraz;. Se aferr; al poste, tir; hacia arriba y empez; a subir suficiente r;pido. Uno de los detractores a;n decidido subir arriba detr;s. Los otros empezaron a apedrear, pero estaban fallando. Albert quer;a embromarles en la despedida. Casi alcanzando la punta, ;l dijo primeras palabras que se le ocurrieron:
          -Just I've gone from the hell. I shall go back. Then I'll return again and kill you all! I shall kill you all! ("Justo ahora llegu; del infierno. Luego voy atr;s. ;Despu;s de eso regresar; de nuevo y matar; todos vosotros! ;Matar; todos vosotros!" - traducci;n del ingl;s) y ;l ri;, imitando a Fantom;s.
          Las piedras volaban de todos los lados y perseguidor en el poste intentaba agarrarle las piernas. Inesperadamente para todos ellos, Albert salt; abajo y volando se teletransport; en Kalistovo, ya sin emergiendo a la altura, sino cerca del suelo, como siempre. Sin embargo, durante alguna fracci;n de segundo, una piedra peque;a le golpe; bajo del ojo izquierdo y ;l agarr; el ojo ya en Kalistovo. Entendi; que llegar; a la casa con el moret;n debajo del ojo, pero ri; ruidosamente a pesar de todo. Para que no horrorice demasiado a los vecinos por la vista alegre de loco (;l no se equivocaba sobre como lo parecer;a), despu;s de calmarse un poco, Albert se teletransport; al erial en su barrio y se persuadi; que no vio nadie su "aparici;n de la nada". Llegando a la casa, enseguida ;l abraz; a su esposa, se bes; a ella a los labios.
          -;Qu; te pasa? Los ojos brillan. Hay un moret;n debajo del ojo. ;Con qui;n luchaste? D;jame ir. ;Est;s borracho o drogado?
          -Ya t; sabes, mi amor, no bebo nada, excepto por el t;.
          Esto ten;a lugar en la cocina. Albert continuaba abrazar a la esposa por la mano derecha y por la mano izquierda alcanz; el interruptor y lo apag;. As; que, ella se le dio estando de pie, despu;s de eso ellos se movieron a la cama, donde ella se le dio en la segunda vez. Luego ellos empezaron a cenar. Ella noto que ;l estaba muy hambriento. Despu;s de cenar, ;l cay; inmediatamente en sue;o.
          -Estando dormido hablabas en ingl;s, - Nadia dijo en la ma;ana. - Incluso, record; varias palabras: "Fuck you! I'll kill you all!"
          -Me cans;. Hoy no ir; a ninguna parte. Me quedar; en la casa, - dijo Albert.
          -Ya hace mucho tiempo ser;a mejor a calmarte. Haces locuras como un ni;o. ;Qui;n ayer te golpe; en el ojo? ;Pueden encontrarte ellos en la segunda vez?
          -No. Es imposible. Ellos viven muy lejos.
          -Todav;a viajas. Ya es cuarta d;cada.
          -;No te dije que no vivo de acuerdo con horario?
          Albert comprendi; que es dif;cil destetar a la esposa de los juicios comunes. Ello significaba que ser; m;s dif;cil acostumbrarla a su propia moralidad del amor libre sin celos. A pesar de esto, deja que lo sea secretamente, pero ;l tiene que probar una mujer de sus amigas. Decidi; comenzar con Lena pelirroja. Despu;s de desayunar afuera, la lluvia fuerte empez;. Albert tom; un peri;dico, se recost; sobre la cama y comenz; a planificar las acciones.
          Lena viv;a m;s lejos que todas otras, en Mosc;, en el barrio Kuntsevo. Albert record; su fijaci;n con una telenovela mexicana. Ella trabajaba en la cantina, pero no engord;, dejando esbelta, como todas las amigas. Ella ganaba poco, pero el trabajo no estaba sucio, tambi;n el salario peque;o era compensado por alimentaci;n gratis. Ella no compart;a f;cilmente, ni siempre sobre sus relaciones con los hombres, incluso con Nadezhda. Parec;a que era t;mida de las m;s peque;as manifestaciones de su propia sexualidad, sin embargo, enojando con alguien o contra algo, sin ser t;mida en absoluto, ella era capaz de maldecir ya sea circunstancias o a un culpable de las circunstancias, por los peores palabrotas. Posible que este h;bito sucio impuso la estigmatizaci;n de sexo al subconsciente, pero la naturaleza demandaba su parte, as; que, este conflicto interno estaba arruinando el car;cter. Ella lo sab;a e intentaba manifestarse menos. Esto atra;a a unos, c;mo un aura de misterio, y esto era desagradable para los otros a cuales ella parec;a aburrida y vac;a. Como cada cerradura: hay una llave que abre y hay otras llaves que no funcionan.
          No importa que la gente dice, pero Albert ten;a una experiencia peculiar de tratar a las mujeres y ;l confiaban en esta experiencia. Hab;a muy pocas mujeres y ellas eran las m;s maleables que ;l lograba con ellas a buenas, es decir, sin resistencia fingida. La decisi;n, la insistencia, incluso una agresi;n peque;a, todas estas cosas aumentaban la probabilidad recibirlo que quer;a. Y los m;s afortunados resultados eran dados por comportamiento que aunque no cruzaba la l;nea de ley, pero estaba muy a cerca del l;mite, donde al otro lado del cual la acci;n podr;a ser considerada jur;dicamente como un delito. Albert no romp;a nunca esta frontera, pero tampoco en el marco de la ley pod;a manifestar la insistencia siempre. Esta cualidad que las mujeres gustaba, ten;a un lado negativo, dando o facilitando la oportunidad de calumniar a candidato a amante si ;l fuera persistente y actuara obstinadamente. Tambi;n este pa;s difer;a por el deseo com;n de sus ciudadanos de causar maldad a su vecino, aunque sin alg;n beneficio para s; mismo.
          ;l declin; inmediatamente a aparecer de repente en apartamentos ajenos. En cualquier caso, salir ya sea del inodoro o de debajo de la cama, la due;a de apartamento puede estar asustada casi hasta la muerte. En tal caso, no hay seguridad, incluso para persona con el coraz;n sano. ;Y por qu; tan hacerlo? Lena lo conoce bien y si ;l tocara el timbre, despu;s de mirar a trav;s de la mirilla, ella abrir; la puerta sin duda.
          Hace unos a;os ;l hab;a le;do en la revista "Ciencia y religi;n" sobre un experimentador que se acostaba al ba;o y despu;s de intentar hacer que el silencio estuviera alrededor de ;l, ajustaba la temperatura a +34C. Como si esto desarroll; la percepci;n m;stica y s;per poderes. Albert lo prob;. No ten;a lugar nada extraordinario, sin embargo, hab;a algo un poco. Si durmiera, los sue;os se hac;an m;s claros y coherentes que habitualmente. Lo principal, esto daba el descanso efectivo o la posibilidad de ordenar sus propias ideas. Aunque la esposa no lo hac;a, tampoco se opon;a contra las experiencias que no hacen da;o a nadie ni a nada. Si hoy ;l se acostara al ba;o por dos horas y pidiera no molestarlo, esto no la sorprender;a en absoluto.
          As; ;l hizo, en la tarde, una hora antes de la telenovela favorita de Lena. Despu;s de recostarse en el ba;o durante diez minutos, se visti;, encontr; el corrector en la oscuridad y cubri; el moret;n, se teletransport; al inodoro de apartamento de Lena. No hab;a luz ni en inodoro ni en el resto de apartamento. Decidi; esperar, sali; del apartamento obscuro, cubriendo la puerta muy silenciosamente, baj; a la primera planta y de repente la puerta de entrada se abri; y la mujer de la cual ;l lleg; para cazar, result; cara a cara consigo.
          -;Por qu; est;s solo, sin Nadia? ;Es que ocurri; algo all;?
          -Nada de extraordinario, sin embargo, tenemos lo que hablar.
          Lena, sin sospechar nada, subi; la escalera hasta su piso y abri; la puerta por llave. Albert la sigui; y cerr; la puerta. Lena encendi; la luz y lo mir;, como si preguntando. ;l estaba vestido con el pijama por casa, el pelo estuvo mojado, un poco planchado, pero no fue peinado, por lo tanto, ;l no estaba semejante a s; mismo.
          -;sa es la cosa, no soy Albert, - dijo, cambiando un poco la voz.
          -Bastante de fastidiar. ;D;nde est; Nadia? - Lena pregunt; con la entonaci;n com;n en tal casos, pero ya estaba empezando a sentir algo sospechoso. ;Qu; si no fuera ;l Albert de hecho? Pero muy semejante.
          -Albert est; en su casa con la esposa. Soy su doble. Albert ni siquiera sabe nada de s; mismo. ;D;jalos!
          Lena lo mir; los ojos. Dio cuenta de que ;l est; mirando a ella, como un gato mirar;a carne. Ella sent;a un poco de miedo y un poco de la verg;enza. Ella enrojeci;, luego palideci;. La escena de callada no duraba largo, sino la oprim;a mucho.
          -Todav;a, ;qu; necesitas? - ella no logr; esconder el temblor en voz.
          -;Ti misma! Despu;s de decirlo, la atac;, apret;ndola en sus brazos. De repente, ella intent; agarrarse a su mano con sus grandes u;as te;idas. No pod;a permitirlo a toda costa. Luego los rasgu;os en sus manos confirmar;n que era ;l mismo, pero ning;n doble. Hab;a s;lo una salida ;nica. Repentinamente, ;l la agarr; la mu;eca por ambas manos, torci; el brazo y la levant; detr;s de la espalda. Lena aull;.
          -Comp;rtate bien, belleza. Entonces, s; gentil y te amar;. Y no pruebe ara;ar. Si no, pondr; tu mano m;s alta que la nuca.
          Estando excitado empez; a acurrucarse muy junto a ella detr;s. Repentinamente ella grit; con todas sus fuerzas:
          -;Ayudad! ;Fuego! ;Nos quemamos!
          Albert no cre;a que ;sa alhel; sea capaz de gritar tan ruidosamente. Fue o;do, como las puertas se abr;an en la escalera, un sonido de pasos, el timbre son;.
          -;Es que te la has ganado? Ahora ellos te capturar;n como a una rata. Hay un vecino que es agente de polic;a y su hermano. Y los ambos tienen manotadas grandes. ;Te destrozar;n y llegar;n a la Militsia! ;All; agregar;n!
          -;Qu; eres una canalla! - susurr; Albert.
          -Perro, ;cre;as que es permitido a ti de manosear a todas las mujeres e insultarlas impunemente?
          -Busca un impotente para ti. No te insultar;.
          -;Pero ahora insultar;n a ti!, - dici;ndolo y notando que Albert no est; sosteni;ndola m;s, ella fue para abrir la puerta. Albert se lanz; sin ruido al inodoro. La puerta de salida se abri;.
          -;Cobarde astuto! Me giraba las manos, pero se escondi; de vosotros en el inodoro.
          Los ambos hombres fuertes estaban de pie en la puerta de hecho.
          -;No es cobarde, sino un tonto! - uno de ellos dijo frunciendo el ce;o y ambos se dirigieron al inodoro resueltamente. Yendo al inodoro, los ambos ya se asustaron. La misma palabra "tonto" les dio la idea. Si este malhechor no fuera un tonto, entonces ;qu; espera ;l? Ahora no son a;os setentas, sino el noventa tercio a;o y hay muchos tipos con pistola. No obstante, ellos estaban avergonzados de mostrar el miedo delante de due;a bonita. Uno de ellos abri; abruptamente la puerta y los ambos se echaron atr;s. Luego una vez m;s echaron all; un vistazo, luego miraron a la due;a de apartamento con pregunto.
          -All; es nadie. Pero ;l estaba aqu; justo ahora. Abus; de m;. Casi ;l me rompi; el brazo. Vi claro que ;l sali; al inodoro.
          Los dos vecinos examinaban detalladamente todo el apartamento. Las ventanas estuvieron cerradas. No escond;a nadie ni en el armario ni debajo de la cama.
          -Vamos a salir, Vityok, - uno de vecinos dijo de la manera ofendida.
          -Yo aconsejar;a a ti que tomar pastillas para dormir o para calmar los nervios, - el otro dijo, volvi;ndose a la due;a de apartamento. -  Le molestas a la gente en vano.
          Los ambos salieron. Lena puso la televisi;n y en diez minutos los problemas de protagonistas en la pantalla la distrajeron completamente del evento ocurrido. Ella estaba muy avergonzada, por lo tanto, no decidi; narrarlo ni a amigas ni especialmente a Albert.
          Mientras tanto, Albert estaba recost;ndose en su ba;o, reflexionando lo que ocurri; justo ahora. El fiasco lo muy afligi; y enfureci;. S;lo el mal humor estorbaba a ;l se teletransportarse hacia Lena e intentar buscar la felicidad una vez m;s. Cuando se limpi; y sali; de la cuarta de ba;o y abri; el libro necesario, no hab;a ni d;lares, ni cartas. El ;ltimo mensaje de cien d;lares del amigo ten;a lugar hace tres semanas atr;s. Esto lo oblig; a concluir que el viejo Paul muri; en circunstancias desconocidas a ;l.

                Cap;tulo 17. Amor y guerra.
          Alrededor de una semana Albert estaba desalentado y a causa de esto no estaba semejante a s; mismo. Por lo tanto, cuando Lena visit; a ellos, dudaba m;s, si real Albert la atacara en el apartamento. Ella averiguaba cuidadosamente de Nadia, donde ellos hab;an estado en esa tarde y Nadia, sin sospechar algo, narr; que ese d;a ella ve;a la misma telenovela y el marido iba a estar en el ba;o durante dos horas, pero sali; de ah; en una hora y veinte minutos. Sin embargo, alcanzar el apartamento de Lena s;lo de ida, incluso durante hora y media, ser;a problem;tico. Todo apuntaba a favor de la versi;n del doble.
          Albert de hecho se emocionaba debido al fallecimiento de amigo anciano, con el cual ellos entend;an pocas palabras rec;procamente, aunque ;l estaba en edad de bisabuelo. Nadia lo entend;a y no pod;a adivinar que junto con la p;rdida principal, una aflicci;n era agregada, la aflicci;n a causa del fiasco en intent; enga;arla con amiga t;mida, callada y aburrida. Albert respond;a a su presencia de la misma manera como siempre, movilizando toda su fortaleza, para que nadie pudiera adivinar de alg;n cambio. No obstante, cuando estaba seguro de que nadie lo vea, ;l se agarraba en cuerpo de ella por el vistazo de un depredador hambriento y enojado, lo desnudaba mentalmente y lo violaba malignamente. Pero si ella se volviera justo ahora, ;l bajaba los ojos, llamando ayudar los n;meros que se le ocurrieron, los multiplicaba o los pon;a en potencias diferentes. Esto le daba una vista imperturbable y pensativa. Permanecer sin mostrar la condici;n de su alma, ;l no ten;a rivales iguales en esta capacidad.
          Hay una cualidad de ser humano, tambi;n de todo vivo, a acariciar en la imaginaci;n una fruta prohibida que imposible usar justo ahora. Esta cualidad tampoco hac;a excepci;n en este caso. Ahora Lena le parec;a m;s atractiva. Considerando el problema m;s razonablemente, ;l comprend;a que ello no vale un abalorio en comparaci;n con la p;rdida tal amigo como el viejo Paul. Sin embargo, la parte inferior de su conciencia se amotinaba, lo anunciando fracasado, siendo semejante a una alucinaci;n que refuta los argumentos de sentido com;n por su propia existencia. La subconsciencia intentaba imponer una idea a ;l, contra el sentido com;n, como si ;l est; ahora menos atractivo para las mujeres, como si todos ellas se hicieran menos disponibles a ;l, luego m;s atractivas. Esto agregaba una parte de agresi;n a sus fantas;as, tambi;n un irrespeto a ellas, pero en una semana el sentido com;n empez; a prevalecer. Recuper; su esp;ritu de nuevo. No obstante, el resto de dos amigas todav;a estaban m;s deseadas que antes, esto aumentaba la firmeza y es posible que influenci; positivamente en los nuevos acontecimientos. Sveta deb;a hacerse la siguiente "v;ctima". Era m;s probable lograr con ella, mientras era desconocido qu; pod;a esperar desde Valya y no le gustar;a permanecer sin tener ;xito en la segunda vez.
          Como extra;o lo parecer;a, la existencia de Tolik no interfer;a, sino al contrario. Hay una parte grande de mujeres, para las cuales la disponibilidad de marido o amante no obstaculiza, sino alimenta el deseo de amorosas aventuras y las hace m;s disponibles que en los tiempos cuando ellas eran solitarias. Como de costumbre, ellas son ingenuas, no saben suficiente sobre la precauci;n, hablan mucho frecuentemente y en consecuencia sufren a causa de las lesiones y verg;enza desde celosos enfurecidos. Las abandonan, raramente, pero a veces las matan, pero de hecho las son inofensivas, casi como ni;as y merecen la compasi;n y comprensi;n, a diferencia de las intrigantes astutas y sucias que merecen castigo de hecho y pertenecen a otra categor;a de la gente y no tienen nada que ver con estas aunque libidinosas pero inocentes ovejas.
          Sveta Izmailova pertenec;a justamente a esta variedad de las chicas. No era por casualidad que ella hac;a los gestos cuidadosos con los ojos a Albert. Ella llegaba a ser cada vez m;s liberada no s;lo gracias a Tolik, pero tambi;n gracias al pasatiempo de ;l recientemente, bebiendo con el “techo bandido”, es decir con lo mismo, en vez del cual la pandilla de Coronel intentaba ocupar su lugar. Se sent;a honrado de participar en los banquetes con los denominados bandidos. Despu;s de comunicar con la pandilla de Coronel, estos bandidos le parec;an casi angeles y ;l, perdiendo la precauci;n, hablaba cosas que no deber;a, sin embargo, no hab;a nada ofensivo para los extorsionistas en ;sta palabrer;a, por lo tanto, no ten;a lugar nada terrible por el tiempo limitado. Hab;a un hombre, a la cual la informaci;n que Tolik daba, result; bastante valiosa y este hombre, comunicando con el "techo", intentaba hacer todo para que las borracheras semejantes fueran alentadas.
          Albert ya aprendi; la regularidad de ausencia de Tolik, tambi;n ser;a bastante a teletransportarse desde el propio inodoro al apartamento de Sveta, al inodoro o debajo de la cama. Podr;a descubrir inmediatamente la presencia de Tolik y teletransportarse a la casa sin problema.
          Este d;a cay; al principio de septiembre. El enfriamiento termin;. El clima era soleado y c;lido, como en el verano. De acuerdo con las estimaciones de Albert, hoy Tolik va a divertirse en la sociedad de amigos imaginarios y entre el tintineo de vasos. Albert se teletransport; hacia Sveta debajo de la cama. Ella estaba acostando sobre la cama, aburri;ndose y sosteniendo en la mano una novela polic;aca y moderna. Albert despareci; debajo de la cama y apareci; en la escalera de entrada, en la m;s arriba parte a cerca del ;tico. Luego baj; las escaleras con cuidado unos pisos y toc; el timbre. Los pasos oyeron y Sveta abri; la puerta.
          -Oh, Alik. Eres t;.
          -;Est;s segura de que soy Alik?
          -Cesa de bromear, entra. ;Por qu; est;s solo? ;Est; todo bien ah;?
          -Como si.
          -Probablemente, ;quieres tomar de t;?
          Ella era con un vestido playero verde claro. Las curvas de su figura estaban bien vistas seductoramente a trav;s de la tela fina.
          -Quiero a ti, - Albert respondi; e inmediatamente la abraz;, la mantuvo cerca, presionando el final de columna. Ella gimi; largamente, pero sin resistir.
          -Ah, Alik, ;qu; haces? - Sveta lamentaba susurrando, - ;C;mo podr; mirar a los ojos de tu esposa despu;s de eso?
          -Ma;ana preg;ntala y te ella dir; que Albert no sal;a de la casa en este momento. Soy su doble.
          -Deja de enga;ar. Como si yo no vea. ;D;jame! - La querida tan cerca y deseada pronunci; indignando, pero susurrando, ahora ella es la querida de la que ;l ya no dudaba. ;l dej; la mano debajo del vestido sin avergonzarse y le baj; el traje de ba;o. La constituci;n de ella era hermosa, pero fr;gil. Aunque ten;a 29 a;os, en oscuridad ella pod;a parecer como una chica que tuviera catorce a;os.
          -Oh, Albert. ;Qu; me est;s haciendo! Nadia sabr;. D;jame, por favor. Te ruego.
          -No soy Albert. Ll;mame como quieres, pero no te dejar; a pesar de todo. Estoy listo para hacer lo que sea, para que no te deje ir. ;Obedece! Es tu destino. No puedes escapar de ;ste.
          De repente ella empez; a quitarse toda su ropa y se present; ante ;l completamente desnuda en absoluto, expresando el consentimiento con toda la apariencia que parec;a condenada.
          -;Qu; puedo hacer contra? S;lo, no lo digas a Nadia y Tolik.
          -T; misma no digas a nadie.
          Sveta toda se abland; en sus manos. Ellos no notaron como aparecieron estando en la cama. Cuando ;l entr; en ella, ella lo abraz; fuertemente con las piernas.
          Ellos se sent;an muy bien junto. Nadie lo supo en el futuro cercano. Incluso si supieran, entonces se enfadar;an en vano. Ni Svetlana, ni Albert, ellos no quer;an ni enfadar, ni enga;ar a alguien. Ellos s;lo quer;an ser felices y estaban haci;ndolo.
          -;Me amas?
          -Amo todos vosotros, ciertamente, tambi;n a ti.
          -No eres normal. As; no ocurre.
          -Tienes que estudiar largo, ganar gran experiencia en la vida para comprender que siempre ocurre s;lo as;. Y si resultara as;, calla, no digas a nadie, entonces ser; bueno para todos.
          -No dir; a nadie.
          -Tambi;n, no digas a Valya ni Lena.
          -Prometo. Si no, Tolik me matar; y t; recibir;s.
          -;Despu;s de lo que hice para ;l? Bien. Quiz;s, resultara al contrario, - lo diciendo, Albert se dio cuenta de que dice lo que no debe decir. Porque antes ;l y Paul, los ambos hab;an logrado persuadir todos, como si los eventos ocurrieran por s; mismo, es decir, como si alguien desconocido matara a los jefes de pandilla. S;lo Tolik sab;a, qu; informaci;n Albert ten;a. Sin embargo, si ;l dijera, ser; el primer a quien matar;n. Se dando cuenta, ;l no decidir; hacerlo, incluso supiera de adulterio de Sveta, porque entonces ser; su fin.
          -Alik, ;puede serlo verdad? Me siento bien con cada uno de su propia manera.
          -No puede ser de otro modo. Est;s conociendo la existencia a trav;s de nosotros, el universo. Lo que uno no te puede dar, otro puede. Pero no hay tal hombre que podr;a darte todo, de la misma manera que no hay tal ventana, a trav;s de la cual podr;as ver todos los cuatro lados, a la vez en distancias diferentes e igualmente claro, incluyendo las localidades que est;n m;s all; del horizonte. Por cierto, ;probabas hacer el amor con amigas? Si ello fuera, ser;a un ejemplo fruct;fero, cuando puedes recibir felicidad de uno y de otro, pero de diferentes maneras.
          -No. No soy una lesbiana. Pero ten;a Serega antes de Tolik. ;Nadia te lo narraba antes?
          -No.
          -;l me pellizcaba durante esto. A veces, ;l me quemaba con cigarrillos.
          -;Era ;l canalla? ;Esto es lo que quieres decir?
          -Yo lo amaba. Mucho lo amaba. A veces, me permit;a quemar a ;l mismo con cigarrillos y yo lo hac;a. Por lo tanto, no me considero una vencida.
          -;Qu; faltaba, qu; necesitabais? ;Por qu; no est;is junto? ;Estabas harta de jugar estos juegos crueles?
          -Ya yo te dijo, me sent;a bien con ;l, pero ;l fumaba la marihuana. Un d;a despareci;. Todos los parientes lo buscaban tres d;as. Soy la primera que lo encontr;. Las mismas piernas me llevaron al s;tano de la casa de cinco pisos. ;l estaba colgando all;. Se colg; estando drogado. Muri; por nada. Luego lo enterraron. Yo estaba hist;rica... En dos meses me conoc; a Tolik y comprend; que la vida contin;a. Y ahora est;s aqu;. Tampoco eres normal. Quieres varias chicas. Una no es suficiente para ti. Probablemente, soy la misma, incluso peor. Esc;chame, Alik. Pell;zcame la espalda, tambi;n puedes hacerlo abajo, - dici;ndolo, Sveta sent;a que est; enrojeciendo, pero Albert no lo ver;a en la penumbra.
          -;Por qu;?
          -Si la chica te lo pide, ;es ello dif;cil?
          -No es dif;cil para m;, pero no te ofendiste despu;s de eso.
          -;Me ofender; contigo? ;Nunca en la vida! Sin embargo, si no lo hicieras que dije, entonces me ofender;.
          "Voy a castigarla ahora, para no hacerse la tonta", - Albert pens; y la pellizco con toda la fuerza la nalga peque;a, pero abultada.
          Sveta se estir;, inclino la cabeza hacia atr;s, gimi; voluptuosamente y se lanz; hacia Albert abrazarse, besando y diciendo:
          -Lo quiero m;s. ;M;s!
          Tal comportamiento de la compa;era lo muy excitaba y los ambos se fusionaron inmediatamente de nuevo.
          Cuando ;l regres; a trav;s de la "meditaci;n" en el ba;o, Nadezhda, por supuesto, no not; nada, tambi;n es dudoso que ella pudiera creer en la teleportaci;n. El cuerpo joven recuper; durante un corto per;odo las fuerzas gastadas y despu;s de eso su propia esposa parec;a m;s hermosa y m;s deseada.
          -;Qu; hac;as que era agradable como nunca antes de eso? - ella pregunt; despu;s de darse a ;l.
          -Yo mismo no lo s;. Es probable que ello se relaciona de alguna manera con el clima.
          Ahora de hecho ;l ten;a dos esposas, pero s;lo ;l y Sveta eran los que lo sab;an. ;l se contentaba bastante por esta situaci;n, pero tambi;n entend;a que no ser;a demasiado para juntar a Valya con este “l'amour de trois”. (El amor de tres en franc;s). Entend;a que tarde o temprano so;ar; sobre esto de la misma manera, como so;aba en la primavera, cuando ten;a todav;a la ;nica esposa. Parec;a una cosa parad;jica, Sveta no estaba interesada en absoluto, c;mo el amante nuevo logra estar en los dos lugares a la vez y por qu; ;l viene con el pelo mojado y estando vestido con el pijama, como si saliera del ba;o justo ahora. Por lo visto, incluso ella no lo sab;a, porque no estaba interesada en absoluto, qu; mitos Albert inventa para su esposa legal y bajo qu; pretexto abandona la casa, cuando la visita.
          Cada uno viv;a su propia vida y casi cada no notaba una uni;n de las nubes oscuras en el horizonte pol;tico. A diferencia del resto, Albert no reaccionaba por otra raz;n. Sab;a la fuerza que pose;a ahora. Aunque no era educado como un ninja, pod;a ser al contrario, e interesarse en el yoga ;l empez; ya estando adulto y maduro, pero con estas capacidades como si cayeran desde el cielo hacia ;l, ahora podr;a sobrepasar lo mismo Goemon que hab;a sido un ninja famoso en Japon hace mucho tiempo. Lo que ;l pon;a en el centro de sus objetivos, no era un logro deportivo. Sab;a que al menos ;l pod;a hacer lo principal: proteger de las represalias de espira nueva del totalitarismo a los padres, a la esposa y Sveta, a Valya y Olesya, si esa tuviera lugar de nuevo. La ;ltima debe aparecer en medio a;o despu;s de la muerte de viejo Paul, hab;a tal acuerdo entre ellos.
          Aqu; por lo tanto, el tres de octubre, cuando el golpe segundo que estaba encabezado por Rutskoy, inflamado como un incendio, Albert observaba los eventos en la televisi;n. Cuando la pantalla se apag;, ;l se teletransport; al distrito Ostankino. Era dif;cil entender, quien le estaba disparando a quien. El intercambio ca;tico de disparos estaba ocurriendo, y la ;nica acci;n beneficiosa ser;a para protegerse a s; mismo de una bala perdida. Sin saber ayudar, puede lastimar a propio lado. No pod;a penetrar dentro de la torre de telecomunicaciones por la raz;n simple: ;l era nunca all; y el interior no era conocido a ;l.
          El d;a siguiente, Albert estando con el hacha en el seno y los cuchillos y gas pimienta en los bolsillos se teletransport; a Mosc;. Lo que los comunistas sufran derrota, ;l aprendi; desde por la televisi;n. La cosa ;nica que logr; hacer, penetrar al techo de una casa, luego teletransportarse dentro del mismo techo para no ser notado por el enemigo, acercarse al tirador que estaba listo para disparar a los transe;ntes y aturdirlo en la nuca por el trasero de hacha. Despu;s de eso, ;l intent; tomar consigo el rifle con mira ;ptica. No logr; teletransportarse con el rifle y Albert lo ech; desde el techo. Hac;a todo esto con los guantes. ;l arrepent;a que ocup;ndose de los asuntos personales, no se prepar; contra las acciones de enemigos que no era demasiado dif;cil de preverlas en este oto;o. Ahora ;l ten;a que regresar a la vida personal, porque aparentemente, la calma en el pa;s se estableci; relativamente por largo.

           Cap;tulo 18. All;, treinta kil;metros del Kremlin.
          Albert, siendo flem;tico, prefer;a actuar sin cambiar propios planes. La que siguiente deb;a ser Valya. Aproximadamente en una semana despu;s del golpe fracasado, ;l eligi; el m;s apropiado d;a de su punto y de la misma manera, saliendo al ba;o, se teletransport; en la entrada de su casa de tres pisos.
          Valya viv;a en un asentamiento con el nombre "Testamentos de Ill;ch" (Ill;ch es el patron;mico de Lenin - nota del autor) que estaba dejando como la memoria de locura bolchevique. Este asentamiento no estaba tan lejos c;mo el lugar de Lena, pero no estaba tan cerca de ;l, c;mo la casa de Sveta. Representaba en una parte un pueblo de vacaciones y en otra parte una basura social de Mosc;. Tal asentamientos en Uni;n Sovi;tica, ahora ya en antigua ;sta, eran peores que ciudades, porque todas las personas conoc;an una a otra y ten;an la posibilidad de invadir la intimidad y conspirar una contra otra. Sin embargo, tambi;n esos asentamientos eran peores que las aldeas o ciudades peque;as en una provincia aislada, porque esta transparencia y calidez de relaciones ac; era desconocida. Muchos costos de la civilizaci;n aqu; penetraban en ausencia de la civilizaci;n misma. Recientemente, casi cada canalla y borracho pod;a contribuir a encarcelar su vecino sin culpa, incluso si ;l no fuera un bebedor.
          La gente humillada y oprimida, en cuya casa pudieran cortar el agua o deja el agua con la herrumbre que no era apta para el consumo. Esos que necesitaban, pod;an ser puestos en la cola para apartamento, pero despu;s, esta cola fue cambiada por all; a la voluntad de corruptos funcionarios locales. La gente educada en la ignorancia e hipocres;a, la gente que recibi; el efecto criminog;nico desde el seno materno, degradaba. Ellos degradaban a causa de tal propaganda, tambi;n del miedo de no ser semejantes al resto y a veces hasta tal punto que comet;an los delitos insensatos, sin beneficiar incluso por s; mismo, eran encarcelados a los campos de prisioneros, eran liberados, se emborrachaban y despu;s de todo esto ellos coexist;an junto con sus opresores desde la Milicia y autoridades locales. Estas autoridades no har;an ninguna impresi;n en los pa;ses del Occidente, pero aqu; ellos se sent;an como zares locales, a pesar de su falta de espiritualidad, su mugre moral y mente estrecha. Ello no era ninguna confrontaci;n de dos fuerzas, pero una coexistencia bastante sostenible del organismo ;nico, pero enfermo, como si fuera afectado por el tumor canceroso del r;gimen totalitario.
          Este asentamiento desordenado situado tan s;lo trente kil;metros del Kremlin, y donde ahora los trenes el;ctricos paraban s;lo una vez en hora, no fuera alg;n caso especial, sino fen;meno bastante t;pico de toda Rusia. Y hab;a s;lo un modo para resistir contra este fen;meno: permaneciendo en el territorio de este asentamiento s;lo como en el ;rea geogr;fica, estar fuera de ;ste, es decir, sin participar en su vida ni arriba ni abajo, sino estar lejos de todas sus relaciones. Ahora no pod;an encarcelar por esto, fabricando de manera innoble una causa criminal de gamberrismo que ser;a inventada y sostendr;a s;lo con los testimonios falsos de canallas que har;an conspirado. Ahora pod;a mandar fuera a la mierda a estas canallas. Esto era una de muchas razones, de qu; Yeltsin fue odiado. Porque a causa del orden democr;tico, las canallas perdieron casi completamente la posibilidad de encarcelar a la gente sin culpa. La indigencia en Rusia es fen;meno t;pico y persistente que fue formado hist;ricamente. Hace muchos a;os fueron acostumbrados a las colas hambrientas y fr;as y el trabajo mal pagado del cual objetivo no era una producci;n de algo ;til, sino la esclavitud. El motivo principal de los detractores que condenaban la democracia no era una compasi;n por la gente empobrecida, sino su odio a la libertad. La bestia sovi;tica quer;a regresar detr;s a la esclavitud, pero la esclavitud no exist;a m;s. Esas canallas influyentes que de hecho no eran de gran importancia e incluso en la ;poca de poder sovi;tica no ocupaba ning;n puesto prestigioso, pero gozaban de m;s respeto en el asentamiento s;lo porque lograron encajar bien en reba;o de los cerdos y roncar h;bilmente con ellos. Tambi;n porque ellos pod;an utilizar el mecanismo diab;lico del estado criminal y us;ndolo echar un hombre que no les gustar;a, a la picadora de sistema Gulag de fascistas rojos, pero ahora esta gente era pat;tica, rid;cula y aborrecibles. Ahora ellos pod;an, usando los instintos bajos de muchedumbre, repetir como loros, las tonter;as antisem;ticas y patri;ticas, sin embargo, ello no estaba m;s significante que el onanismo pol;tico.
          En la ;poca del deshielo de Khrushchev, los padres de Valya hab;an llegado aqu; despu;s de escaparse de la esclavitud de colj;s desde un patel;n Ucraniano. Valya la misma naci; y se recordaba s;lo ac;, en la regi;n moscovita. Los padres, por los tiempos viejos, teniendo miedo de separar del colectivo, frecuentemente bebieron con los habitantes de asentamiento e incluso lograron gozar un respeto de su lado. Pero esto no ayud;. Ya en la ;poca de Brezhnev, el padre estando borracho, despu;s de jurar con palabrotas los polic;as locales que insultaban, empez; a "viajar" a los campos de prisioneros, liber;ndose por varios meses y regresando a estos lugares que no estaban muy lejos y se hicieron c;mo el hogar natal. La madre que vivi; la mitad de su vida en el pa;s, donde "no hab;a de sexo", no se atrevi; de comportarse m;s libremente. A veces, la tristeza implacable la abrazaba, como por grillete de hierro, forz;ndola a buscar la salida. Desafortunadamente, ella encontr; la m;s r;pido y simple salido en vino. Cuando ella sent;a como fuera costoso, empez; a hacer constantemente el vino, incluso sin alambique, pero de la manera m;s primitiva y tomar trago constantemente. No. No era vista borracha en la calle. Simplemente ella sorb;a sin interrumpir su trago que fue hecho de la manera rudimentaria, a veces, despertando incluso en la noche para tomar una dosis, y entonces la depresi;n, a causa de cual no querr;a vivir m;s, aflojaba el aferramiento hierro y ahora, despu;s de beber una copa, ella pod;a menear del dedo a enemigos invisibles, es decir, a pensamientos malos que pintaban exagerando la desesperanza y problem;tica de su existencia y re;rse de estos pensamientos. Ella eligi; un substituto de la libertad en vez de la libertad real y esta elecci;n equivocada la llev; a la muerte prematura por cirrosis hep;tica.
          Entonces Valya ten;a dieciocho a;os. Ya ella probaba el "amor" con tipos locales, pero pronto la felicidad se convirti; en la decepci;n. Los que le parec;an lindos, amables y cari;osos, ahora recreaban cotilleos sucios detr;s de ella. Ella comprendi; que toda esta ternura era fingida, era la aduladora astuta de oportunistas que deseaban recibir la "victoria". De hecho ellos no sab;an ning;n amor. No podr;an mostrar ning;n amor por nadie, incluso si lo quisieran. Dentro cada especie viva hay una chispa inextinguible de la vida que ellos mancharon con barro de la adoraci;n de falsos ;dolos. Los ;dolos de ellos son la ropa de modo y respeto en el reba;o. El futuro de ellos son una mesa orinada y un vaso turbio.
          Valya ten;a mucha suerte, es posible, debido a la amarga experiencia y desgracias en las reencarnaciones pasadas. Ella era lista. Comprendi; que el entorno social alrededor es hostil, pero no puede hablar en voz alta de eso, pero ser;a mejor a hacer lo suyo callando. Ella separaba cada vez m;s de las "amigas" y "amigos" antiguos, deseando m;s r;pido quemar todos los puentes. Ella encontraba los amantes ricos que le hac;an lujosos regalos y en estos per;odos desparec;a desde el asentamiento a la direcci;n desconocida durante unos meses. Puede ser, no encontrar; nunca el amor real, pero al menos no ser; nunca una esclava del estado y esto ya significa mucho.
          Rumores la llegaban que van a encarcelarla por el "parasitismo social". Ella conoc;a quien de las amigas antiguas sopla de ella. Ella odi; el asentamiento y los habitantes. Empez; a interesar la qu;mica, haciendo a domicilio los venenos disponibles, pero mortales. Los detractores no adivinaban que ellos trataban hacia la muerte. Ella era capaz de hacer as; que no adivinar;a nadie. Lo que ocurrir;a, considerar;a como una enfermedad repentina y mortal. No obstante, no ocurri; nada. La perestroika empez; y los enemigos perdieron sus fuerzas. El enemigo d;bil no es m;s enemigo, pero un buf;n. Valya estaba lista para tomar un pecado, pero s;lo en casos de extrema necesidad. Ahora no era ninguna extrema necesidad a hacerlo.
          Los a;os pasaron, durante los cuales ella aprendi; muchos sacramentos de alcoba, disfrutando la vida en la medida que era posible, viviendo en el presente y s;lo en profundo del alma teniendo los sue;os y esperanzas de alguna felicidad casi desconocida a ella, una felicidad de orden superior.
          Hace a;o y medio, despu;s de conocerse por casualidad Lena pelirroja, cuando regresaba despu;s de descanso en una casa de campo del amante, ella se encontr; r;pidamente en el c;rculo bien conocido de Albert, Nadia y sus dos amigas. Ella no pod;a explicar incluso a s; mismo, por qu; ella fue atra;da con ellos. Fue atra;da hasta tal punto que a veces ella preferir;a estaba sentado simplemente en el c;rculo de los amigos nuevos en vez de irse a una serie siguiente de las aventures y experimentos sexuales. ;"Es s;lo porque ellos no intrigan ni da;an uno a otro"? - ella preguntaba a s; misma. Ella tambi;n no quer;a arruinar la paz que se hab;a formado entre ellos. Por lo tanto, incluso ella prohib;a a s; misma de pensar de seducir a Albert.
          Pero aqu; ;l s; mismo vino. Ella no lo esperaba. Si ella lo previera, planificar;a de antemano como resistir;. No resistirle, sino contra su propio deseo.
          ;l parec;a muy extra;o, estando con el pijama, el pelo mojado, mientas el fr;o oto;al en los huesos estaba fuera. Sin embargo, Albert era y tan pronto como la puerta se abri;, ella entendi; lo que ;l estaba necesitando. Valya se quej;, un poco resisti; para fingir, pero fue derrotada por el hurac;n de las sensaciones que la abrazaron. Ella le se dio en pose que ;l quer;a y despu;s de perder casi completamente el control consciente, se retorc;a y aullaba de la felicidad. S;lo diez minutos despu;s de brillar del m;s voluptuoso momento semejante al cortocircuito y a donde toda la energ;a de los ambos fue gastada, ella recib;a de nuevo la capacidad de razonar claramente.
          -As; es como fue. Vive y aprende. No lo quer;a, pero ;qu; vileza comet; contra la amiga! T; eres perro, me lograste atraparme.
          -Tal vileza es imaginaria. Si vosotros ambos aceptarais otra moralidad, entonces resultar; que no ocurri; nada malo. Al contrario...
          -Quiz; sea conveniente para ti pensar as;, - ella lo interrumpi;, pero durante toda la historia, el adulterio era considerado como un delito y verg;enza. Debido a esto la gente no s;lo luchaban, sino mataban. Es violaci;n el mandamiento santo de Cristo.
          -Durante toda la historia, la gente estaba matando a la gente semejante a ellos, para saquear las riquezas, escondi;ndose detr;s el santo nombre. Luego cayeron tan bajo que empezaron a quemar vivos las personas semejantes a ellos, s;lo por sus convicciones, despu;s de eso por lo que se atrevieron leer la Palabra de Dios sin intermediarios. ;Y hasta d;nde lleg; todo esto? Ellos creyeron, como si no hubiera ning;n Dios ni Cristo existiera nunca. Luego empezaron a matar a millones de personas, hab;an construido muchos campos de concentraci;n, es decir, las f;bricas de muerte. Sin embargo, las persecuciones del amor libre no cesaron a la vez con el ate;smo total. Porque para someter y oprimir una persona, debe oprimir y subordinar la sexualidad de esta persona a la sociedad.
         -No obstante, ;qu; tal los diez mandamientos?
         -El Evangelio abre que los diez mandamientos equivalen a los dos ;stos: el amor a Dios y al pr;jimo. Mois;s hab;a mandado que no seduzcan a las esposas de otros, porque entre los salvajes, esto llegar;a a las situaciones de conflicto con los derramamientos de sangre. Un pecado tendr;a lugar en caso, si no mantuvi;ramos la paz entre nosotros despu;s de eso. El ;rbol por el fruto se conoce. Si tuviera varias esposas y yo prestara atenci;n a una de ellas m;s que a otra, el pecado estar;a sobre m;. Si una de os odiara a otra a pesar de que presto atenci;n a los ambos igualmente, el pecado ya estar;a sobre ella. Si am;ramos uno a otro a un tr;o, incluso deja que sea a un diez, pero mantuvi;ramos la paz entre nosotros, entonces no habr;a ning;n pecado.
         -Pero ser; anormalmente.
         -No obstante, ;es que el poder sovi;tico normalmente? Las guerras, las hogueras de inquisici;n, ;son estas cosas normales? El NKVD o Gestapo, ;es ello normalmente? Toda la raz;n est; en la costumbre. Te has acostumbrado a reflexionar tradicionalmente. No has acostumbrado a reflexionar libremente. Aunque, debo reconocer que eres m;s libre que los abor;genes de este asentamiento.
         Pero voy a facilitar tu asunto. No soy Albert, porque ahora Albert est; ba;;ndose en el ba;o del propio hogar. Sin embargo, si yo pareciera semejante a ;l, puedes llamarme Albert el Segundo.
          -;Deja de decir tonter;as! Sin embargo, incluso Nadia no me dar; una paliza, aunque lo merezco. Llamar; a ella y lo confesar;. Deja que ella me dice las palabrotas y me considera como la peor perra. No voy a justificarme, aunque no lo s;, como otra har;a en mi lugar. No obstante, no soy de hierro, sino viva.
         -Si llamaras, ella no sentir;a la ira ni celos, sino las condolencias a la amiga buena, pero desafortunada que enloqueci; en la plenitud de la vida. Ahora su marido est; ba;;ndose en el ba;o, - despu;s de decirlo, Albert salt; y a;adi;, abriendo la puerta de salida:
         -;Good-bye, my love! (;Hasta la vista, mi amor! - en ingl;s). Justo ahora llama y pide hablar con Albert. - Finalmente, ;l cerr; la puerta y luego los pasos que estaban alej;ndose, fueron o;dos desde la escalera. Pero estos pasos se interrumpieron r;pidamente. Valya abri; la puerta. Tal silencio estaba en la escalera, como si no hubiera nadie. Ella baj; las escaleras, abri; la puerta de entrada. A cerca de la entrada, dos mujeres en la edad de jubilaci;n estaban de pie, parec;a que hace tiempo, y conversaban sobre algo. Inmediatamente ellas miraron a ella.
         -Perd;n, ;sali; de esta puerta un hombre con pijama en edad a cerca de trente a;os?
         -No, - un poco sonriendo una de las interlocutores, respondi;. Estamos de pie aqu; durante ya hora y media.

                Cap;tulo 19. Doble imaginario.
          Valya adivin; de poner las llaves en el bolsillo y cerrar la puerta detr;s de ella. Alcanz; el tercer piso, subi; al rellano a cerca del ;tico. El ;tico estaba cerrado. ;C;mo logr; escabullirse ;l tan silenciosamente? Ella abri; por llaves la puerta de su apartamento en el segundo piso, la cerr;, buscaba en todas las esquinas, despu;s de eso se dirigi; al tel;fono. Hab;a unos intentos fallidos y aburridos, finalmente logr; marcar el n;mero.
          -Allo, Nadia, ;eres t;?
          -S;, soy.
          -;Sabes t;? Alg;n hombre ha pasado debajo de la ventana, muy semejante a tu Albert. Quer;a saludarlo, pero me incomod;.
          -;l va a salir del ba;o. Estaba acostando y meditando silenciosamente. Incluso, me puso nervioso, como si no respirara, sin embargo, no quer;a le interferir. ;Aqu; est;! Estoy pasando el tel;fono a ;l.
          -Hola, Valya. ;C;mo est;s?
          Valya casi dej; caer el tel;fono de las manos. Pero ella logr; calmarse y pronunciar con la voz alegre:
          -Bien. Veo que es t;. La cosa es alg;n tipo ha pasado debajo de la ventana que es muy semejante a ti, ya cre;a, si llegasteis a nosotros.
           -Hay gente semejante una a otra, incluso los dobles.
          -Puede ser ;tienes tal conocidos?
          -No estoy recordando. ;Por qu; es tan importante para ti?
          -Porque es demasiado semejante a ti. Tambi;n ;l no estaba solo, sino con los chusmas locales. Conozco todos ellos. Ambos de ellos salieron de la prisi;n recientemente. Pueden cometer algo malo, luego podr;an culpar a ti, - Valya minti;.
          -;Te aseguraste ahora? Tengo la coartada, - Albert se ri; a carcajadas, pensando: ;"c;mo miente"! "di el enigma con dos inc;gnitas a ella".
          -No te preocupes. Estoy en hogar. Doy el tel;fono a Nadia. Hablad.
          Valya cambi; la conversaci;n al tema neutral y las amigas estaban hablando diez minutos m;s. Despu;s de hablar, el sentimiento de horror aumentando, abrazaba a una de ellas.
          Ella no cre;a en milagros. Lo significaba... ;Qu; horror! No sab;a, a quien ella se ha dado. ;No era Albert! No ser;a la peor si fuera alg;n granuja. Pero este tipo ;tanto logr; fingir Albert! Incluso confesaba pretender que aument; la confianza en la falsedad monstruosa. ;Qui;n estuvo ;ste?
          Los pensamientos supersticiosos fueron agregados a este miedo que casi el diablo la visitaba. Estos pensamientos fueron impuestos y aumentaban el miedo.
          "Se;or, ;qui;n era ;ste"? Ella record; con temor que este "Albert el Segundo" bien conoce a Albert real, conoce a su esposa y que ellos est;n juntos en el hogar, incluso sabe que Albert est; en el ba;o. Lo significa, Albert tambi;n debe conocerlo. ;l esconde algo. Hay alg;n secreto aqu;. Es posible que ambos c;nyuges saben este secreto, pero puede ser ;l lo sabe solamente. Sin embargo, no hablar;n. En cuanto a Sveta, esa fantasiosa y so;adora que es obsesionada con s; mismo, el amor y sus enamorados, ella no entender;a, qu; cosas tienen lugar frente a ella. El miedo supersticioso se convert;a gradualmente en el grado extremo de inter;s. ;sa tambi;n ya era la obsesi;n. De nuevo ella tiene que llamar a Mosc;, pero no pod;a actuar de otra manera.
          De nuevo ella con irritaci;n estaba marcando el n;mero de Mosc; a trav;s de 8, despu;s de cual hab;a siempre se;al "est; ocupado". Finalmente, los tonos largos sonaron y Lena respondi; inmediatamente del otro lado:
          -Valya, ;eres t;? - la voz adormilada de Lena son;.
          -Lena, ;c;mo adivinaste? El tono como llamada interurbana. No hay nadie tal campana, excepto t;.
          -Escucha, Lena. ;Tiene Albert un hermano gemelo muy semejante a ;l?
          Un silencio largo se hizo al otro lado.
          -;Lena! ;Me oyes t;?
          -Perd;n, una vecina me distrajo, llamando al timbre. Siempre acuden con tonter;as diferentes. As;, ;qu; preguntas?
          -;Tiene Albert un doble muy semejante? ;Puede ser un hermano gemelo? Incluso la voz es semejante.
          -No s; nada. Si supiera, narrar;a sin duda. ;Qu; pas;?
          -Un tipo, muy semejante a ;l, pas; por debajo de la ventana.
          -;Un tipo pas;? ;Por debajo de la ventana? ;Muy semejante al marido de Nadia? Interesante... Esc;chame. Recientemente me dieron un regalo, una botella del vino costoso y muy bueno. Sin embargo, no quiero beberla solamente, pero si bebi;ramos cuatro, ser;a demasiado poco. Llega ma;ana hacia m;. Estaremos sentados, hablaremos. Ya hace tiempo no me visitabas. Ma;ana ser; mi d;a libre. ;Es muy te importa, cuando viajas? Probablemente, olvidaste, c;mo trabajar.
          -Trabajo mentalmente.
          -Lo s;, lo s;, como mentalmente, - Lena ri; finalmente. - No lo hablar;as por tel;fono. ;Tomas ofensa?
          -No. Lo sabes. Incluso, estoy feliz un poco. Al menos, puedo admitirlo a m; mismo. No obstante, ;puedes admitirlo mismo francamente a ti?
          Al final del cord;n call; de nuevo. Las l;grimas estaban rodando por mejillas de Lena y sollozos iban a venir de dentro. Estando listos para salir a la superficie, estos sollozos no le permiten continuar conversar. Pero era imposible verlo por tel;fono.
          -;Sabes qu;? - Finalmente, ella respondi;, fingiendo pensativo profundo. - Antes no me lo ocurr;a. Pero ahora mir; dentro de m; y encontr; all; ya sea el miedo o recelos malos.
          -Menos qu;date en casa en tus d;as libres. Bien. Ma;ana te visitar;.
          -Visita, pero no enga;e.
          -;Yo te enga;aba alguna vez?
          -No. Pero ;si tu amigo ;ltimo te visite?
          -No visitar;. Ayer sali; a Turqu;a para comprar la mercanc;a. Un d;a no ser;a suficiente para esto.
          -Entonces, me alegra porque vendr;s. Hasta luego.
          -Hasta la vista.
          En tres d;as, el "doble" imaginario de Albert apareci; de nuevo en el apartamento de Valya. Ella lo vio, yendo de la cocina al cuarto. ;l estaba de pie en antesala y sonre;a.
          -;Ah, me asustaste! ;C;mo entraste? ;Qu; demonio eres?
          -Lo que no soy Albert, te admit;a la vez pasada. Si sospechas embrujos demon;acos dentro de m;, puedes verificarlo mediante cualquier ceremonia cristiana en mi presencia. S;lo puedo acogerlo e incluso estoy listo para participar en ;sta. Puedes marcarme con la se;al de la Cruz, tambi;n darme el agua bendita, poner los iconos sagrados alrededor de m;...
          -Eres un mentiroso, s; lo eres. ;Por qu; no admites francamente, qu; significa todo esto? ;Eres el hermano de ;l? ;Sois gemelos?
          -Deja ser as;.
          -;Qu; significa "deja"? Yo debo saber la verdad. Me usaste, pero ;qu; derecho ten;as para hacerlo?
          -El derecho completo y ahora estoy vi;ndolo. Porque la pasaste bien conmigo. Lo quer;as hasta tal punto que osaste de estar en contra de tu amiga. Y ahora debes alegrarte. Pueder estar feliz sin provocar celos de alguien.
          -;Hiciste feliz! Dime, ;acaso eres bienhechor? Sin embargo, ;qu; hay si ahora pido ayuda? ;Vas a forzarme? Una vez me usaste, aunque no ten;as ning;n derecho y est;s atacando de nuevo.
          -;Pide ayuda! Desparecer; y t; ser;s deshonorada. Esto ser;a la misma tonter;a, como si gritaras: ;incendio! Aunque no tendr;a lugar ning;n incendio. ;Por qu; haces tonter;as? A pesar de todo, no eres la misma c;mo todos estos abor;genes desde este asentamiento “Testamentos de Ill;ch” Tienes que obedecerme.
          Despu;s de decirlo, ;l la agarr; de la mu;eca y la girando dr;sticamente, le puso la mano detr;s de la espalda. Ella se dobl;. ;l empez; a levantarle el vestido y abajar las bragas. Valya intent; resistirse, pero ;l pronunci; amenazante:
          -Ahora roer;s el piso, - y puso tan alto la mano que ella dio un chillido.
          -D;jame ir. Estoy de acuerdo.
          -Sin embargo, ;no ose hacer tonter;as! ;O arrepentir;s!
          Ella comenz; a sacarse toda la ropa, diciendo:
          -No puedo hacer nada contra ti, perro. ;C;mo yo podr;a manejar a ti?
          -Es mejor un perro que un impotente o borracho. ;Arrod;llate, mi belleza! ;Qu; hermosa eres! ;Mi sue;o!
          Entrando a ella detr;s, ;l le agarr; la trenza larga y estaba tir;ndolo hacia s; mismo, aunque ella dobl;, incluso sin ;ste, respiraba dif;cil, sin poder esconder, c;mo agradable ella sent;a, estando con ;l.
          Despu;s de terminar y volver en s; mismos, de repente ella lo abraz; con las l;grimas en los ojos y pronunci;, llorando un poco:
          -S;lo no me lastime nunca, ;prometes? No me gusta, por lo tanto, tomo ofensa.
          -;Me amas?
          -;Es que no lo ves?
          -;No har;s m;s las tonter;as?
          -No lo har;. No enga;aba. Incluso, no s; c;mo te llamas. Desde donde apareciste. Desde donde conoces a tu doble Albert.
          -El nombre no cambia mucho, es s;lo un atajo. Puedes pegar cualquier etiqueta en la botella, los contenidos no se cambiar;an debido a esto. No obstante, si socavaras alg;n secreto, una vez, tienes oportunidad de descubrir tal cosas que da;ar;n a todos y en primer lugar a s; mismo. Descubrir este secreto no es peligroso para m;, sino para ti y en parte para tus amigas. ;Es que quieres llevar un desastre a todos y a ti?         
          -Puede ser que yo no fuera derecha. Intentar;, como dices, no hacer las tonter;as. ;Prometo!
          -Entonces yo tambi;n no lastimar; a ti. Sin embargo, si amas, no te averg;ences, sino est; orgullosa de esto.
          -Te amo, - despu;s de pronunciarlo, ella estaba mir;ndole a los ojos y ;l ley; el deseo y petici;n en ojos de ella.
          -Di que quieres darte a m;.
          -Quiero darme a ti.
          -Vamos a desnudarnos.
          -;De qu; modo estaremos haci;ndolo?
          -Ahora inventaremos.
          En este d;a ellos separaron, estando felices. Albert fingi;, como si se apresurara al tren el;ctrico que de hecho deb;a parar pronto en la estaci;n. Pero ;l no alcanz; el tren. Fingiendo, como si fuera salir a orinar, cruz; corriendo v;a f;rrea doble y se escondi; en los arbustos. Despu;s de asegurarse de que no lo vio nadie, Albert se teletransport; inmediatamente al ba;o.
          El amor a las tres bellezas no lo agotaba, tambi;n no las visitaba demasiado frecuentemente, en cualquier caso, no cada d;a. Esto s;lo le ayudaba a hacerse m;s activo y actuar mejor. Toda la actividad se expresaba en los viajes que se hicieron ahora muy asequibles. ;l ya conoc;a bien una parte grande de Nueva York y comenzaba a aprender otras ciudades de los Estados Unidos. Todo el mundo estaba abierto delante de ;l, mientras las inquietudes de la vida le molestaban cada vez menos. Incluso en Am;rica la gente desconocida lo manten;a por un extranjero feliz que vino, nadie sab;a de d;nde y que, por lo visto, tuviera suerte recibiendo una herencia generosa.

              Cap;tulo 20. Un rayo inesperado de la nada.
          El sol estaba pasando a trav;s de la constelaci;n de Libra y pronto ello iba a entrar a la constelaci;n de Escorpi;n. Octubre como si estuviera dividido en dos partes y en este momento la parte de verano est; terminando y la parte del invierno est; comenzando. En estos d;as alrededor de Mosc;, si te fueras a hacer una excursi;n por el campo, podr;as irte en el verano y regresar en el invierno. Los ;rboles pierden sus trajes hermosos de despedida y ahora mismo la primera nieve va a comenzar. Ahora oscurece temprano y la curva de delincuencia se eleva bruscamente. En una tarde soleada, pero fr;a y mojada, Albert estaba regresando desde la tienda, llevando  una peque;a cantidad de los alimentos. Gracias a Dios, ahora todo estaba en las tiendas y tambi;n Albert ten;a el dinero.
         Como siempre ;ltimamente, ;l estaba caminando siendo feliz, decir verdad, un poco se reprochaba a causa de que reconoc;a demasiado las localidades en Am;rica, pero ahora en Nueva York que ya se hizo bien habitual, aunque m;s c;lido que en Mosc;, pero no mucho. Le gustar;a teletransportarse a las estaciones tur;sticas del Mediterr;neo, pero no ten;a en la imaginaci;n ning;n paisaje europeo ni en el norte, ni en el sur, tampoco ten;a idea ni de Ceil;n, ni de Congo, ni de los tr;picos latinoamericanos. Sin embargo, ;c;mo ser;a bueno teletransportarse al seno de la naturaleza y pasar la noche all;! Especialmente teniendo en cuenta que la diferencia no es grande entre los husos horarios. Sab;a que Europa est; poblada densamente y si quisiera pasar la noche en naturaleza, debe informar a un arrendador de terreno, pero ahora ;l puede estar sin formalidades. Si cayera a alguien demasiado vigilante y quisquilloso, ;l es capaz de desparecer inmediatamente justo delante de ;l e incluso ese hombre no informar; la polic;a, porque no querr; tener la reputaci;n de loco. Por cierto, tales noches en la naturaleza parecer;an a la esposa m;s sospechosas que las “meditaciones” en el ba;o que de hecho no eran inocentes de ning;n modo. Aunque en el verano, ella hab;a actitudes tolerantes con los viajes solamente e incluso, a veces se un;a a ;l.
         Estaba regresando con estas ideas, el sol estaba enrojeciendo a cerca del horizonte, y una chica estaba de pie delante que, por alguna raz;n, ;l la quer;a llamar “chica del oto;o”. Ella ten;a una corte de pelo semejante a Lena, y el mismo color de pelo dorado rojizo que estando en combinaci;n con la puesta del sol, adornaba el campo de visi;n general, agregando esta tintura de oto;o que ya era escasa entre los ;rboles y arbustos despojados y desnudos. Notas nost;lgicas comenzaron a sonar en el coraz;n por la misma amiga, una de las cuatro ellas, la ;nica que ;l no logr; obtener. Sin embargo, ;es un sue;o? Ella dio un paso hacia ;l. Est; mirando a ;l inequ;vocamente. ;Dios m;o! ;Es Lena! No obstante, ;l tiene que fingir, como si no supiera ning;n visita.
          -Espera, Alik, - ;l no sab;a que ella es capaz de mirar tan fijamente, no ten;a ni idea que ella puede estar bloqueando el camino tan obstinadamente. ;Yo puedo abrazarte?
          Despu;s de decirlo, ella pas; del dicho al hecho, sin esperar el permiso.
          -Puedes si quieres, - Albert respondi;, intentando mostrarse sorprendida agradable. - Sin embargo, ;qu; te ocurri;?
          -;Desc;lpame! Estaba equivocada. ;Quieres que arrodillarme? No te anticipaba esa vez. ;No logr; r;pidamente comprender que eres mi amor, mi destino! Luego me di cuenta, pero era demasiado tarde. Contin;as ignor;ndome. ;Tomas gran ofensa?
          -Me gustas. No rechazo a ti, pero no entiendo ;a qu; te refieres? ;Cu;ndo estabas equivocada? ;Por qu; debo perdonarte?
          -No finjas. Te ech;. Predispuse en contra t; al vecino de Milicia con su hermano. Quiero disculparme. Quiero merecer tu amor. Ll;mame a cualquier lugar remoto, al bosque, y te seguir;. Te amo, pero me tard; en verlo. Merezco ser matada por lo que era y no resistir;a, porque la vida sin ti no es vida, tengo un mal presentimiento, por lo tanto, ser;a mejor morir de tu mano. Estoy lista para aceptar todo desde ti.
          -No planifico matarte ni entiendo que narras. Por lo visto, est;s muy cansada y confundes los sue;os con la realidad.
          -Deja ser as;. Incluso si tuviera tal sue;o, eso me denunci; que soy una canalla, te rechac; y predispuse en contra t; a la gente que pod;a golpearte y encarcelarte sin culpa. Lo significa que yo pensaba de tal manera en sue;o. Pero, ;me amas un poco al menos? Dijiste que y yo te gusto. Tampoco me rechazas, ;es verdad?
          -S;. Es verdad, pero no lo quiero aqu;. Nuestro amor no tendr;a ning;n pecado si todo pasara sin consecuencias malas. No debe haber ninguna pelea, ni que hablar de las ri;as, celos y divorcio - es mi condici;n ;nica. Sin embargo, si lo hici;ramos aqu;, Nadia podr;a saber. Creo que no quieres que tu amiga se preocupara. Mientras que ella no lo sabe, ella no sentir;a peor, sino mejor debido a mis llamados adulterios. Yo amo todos vosotros, - sin querer sali; de ;l en el final del mon;logo. Lena s;lo logr; echar un vistazo sorprendido a ;l e inmediatamente ;l la bes; en los labios y la mano que era libre de bolsa, pas; a trav;s del abrigo por las v;rtebras hasta el coxis, la acerc; a s; mismo con fuerza.
          -Puedo ir a verte ahora, pero mientras que vayas al hogar, puedes cambiar de idea.
          -No cambiar;. Es c;modamente de hecho encontrarse en mi casa.
          -Pero ;c;mo ca;ste a mi distrito? ;Vienes o sales?
          -Acabo de visitar a tu esposa.
          -Pero, sal; recientemente. ;Manejaste tan lejos para hablar durante unos minutos?
          -Necesito a ti. La visit; para el pretexto de aparici;n en este distrito. Tambi;n visit; a Sveta. Ella tiene la tribulaci;n. Tolik fue matado...
          -;Cu;ndo?
          -Ayer. Lo dispararon con pistolas y se escaparon. Nadia te narrar; los detalles. ;En qu; est;s pensando? No tenemos que ver con eso. Expresaremos las condolencias a Sveta. Estaremos sentados juntos sintiendo triste, para la decencia.
          -S;. No tenemos que ver. Ninguna relaci;n, - Albert pronunci; pensativamente, entiendo que es una venganza de alguna poca cosa. Los miembros importantes fueron matados por Chechenos.
          -;Despi;rtate! ;Qu; es esto? Sali; dentro de s; mismo y no regresar; pronto, ;es as;? - dici;ndolo, Lena estaba besando a ;l, casi colgando de ;l. Eso lo hizo olvidar del peligro por unos minutos. El amor estaba prevaleciendo.
          -;Vas camino a casa? - ;l pregunt;. Si de hecho tan me amaras, vendr; en tres horas.
          -No te rechazar; nunca. Incluso, ma;ana estoy lista para no ir al trabajo para ti. Como sea, pagan poco.
          -Esas v;ctimas llevan a ninguna parte, - Albert respons; y pens;: "Ella est; comenzando a comprender. ;Qui;n le ayud;? ;Qui;n? ;C;mo ocurri; que ella se convirti; en tan deseado, tan ;ntima? Ahora ella es diferente en absoluto".
          Cuan largo ;l estaba de pie con ella, menos sospechaba que ella finge. Si ella fingiera, hoy eso ser; claro. Nunca la perdonar; por tal broma oscura. Pero su instinto le dec;a que ella quiere bastante sinceramente darse a ;l completamente.
          -Esas v;ctimas llevan a ninguna parte, - repiti;. Me gustas ya hace tiempo y no voy a matarte, ni dejarte sin trabajo. Solo vendr; a ti en tres horas. Y quiero que fueras obediente y que te me dieras, porque me gustas. Cuando estabas de pie, me esperando, yo me pregunt;: ;"Qu; es la chica de oto;o all;"? ;Qu; hermosa combinaci;n es de ti con este paisaje de oto;o cuando el sol est; poni;ndose! Aunque no soy artista, sin embargo, era impresionante. Vendr; a ti, pero si hicieras trampa, te odiar; por toda la vida.
          Ella sonri;, oyendo estos cumplidos. La luz traviesa fulgurante en sus ojos.
          -Te esperar; a ti. ;Ven a m;! Corro al tren.
          Ella dio un beso en labios a ;l y corri; al tren el;ctrico. M;s una vez grit;: ;"Te espero"! Y continuaba corriendo. Pronto fue o;do el ruido del tren que llegaba. Debe alcanzar.
          Acaba de entrar al hogar, Nadia inmediatamente le inform; lo que ya sab;a. La idea primera que se le ocurri;, era lo que ella no es peor que Lena, y ;l entend;a si Lena fuera su esposa, ;l no tendr;a menos deseo salir divertirse a Nadia y a otras chicas. Cada de ellas era hermosa a su propia manera. De hecho, no rivalizaban entre ellas, sino complementaban maravilloso una a otra. Un ligue s;lo con una de ellas, excluyendo completamente las otras, devaluar;a mucho la existencia. ;l pod;a conocer verdaderamente el amor y belleza de Universo s;lo a trav;s de todas ellas.
          Todav;a, no pas; un minuto, Albert ya ten;a que cambiar el tema de reflexi;n debajo de la presi;n de realidad implacable, de la cual la esposa lo inform;. Tolik fue disparado desvergonzadamente, a plena luz del d;a en la ciudad Mytishchi, en la calle que no era demasiado concurrida ni desierta. Los testimonios para la investigaci;n oficial eran muy escasos. Nadie quer;a participar en una pelea sucia m;s entre pandillas. Sin embargo, los rumores que fueron difundidos r;pidamente por la ciudad y un poco fuera de ;sta, describ;an el incidente con cierto detalle, aunque puede ser, un poco exagerando. Aqu; hay una imagen que surg;a de estos rumores.
          Como si Tolik, como siempre ;ltimamente, llegara en su oficina en la condici;n de resaca tremenda. Normalmente, ;l les mandaba a los subordinados por las cervezas en tal caso. Sin embargo, en este d;a pareci; a ;l como si estuviera mal ventilado en la oficina y ;l decidi; caminar s; mismo, a la vez tomar el aire fresco para que aliviara la resaca.
          Logr; pasar s;lo un barrio y de repente tres tipos se aparecieron. Elos fueron vestidos con las chaquetas negras de cuero que parec;a igualmente. Tambi;n igualmente los cuellos grandes de su;teres modestos cubr;an las partes bajas de caras de los bandidos. Todos los tres fueron con los cabellos cortos, expresaban igualmente miradas malignas, de las cuales los testigos presenciales de vista fueron asustados adicionalmente. Ellos se aproximaron con pistolas TT en las manos hacia el empresario desafortunado que fue sorprendido y se confundido, y abrieron fuego indiscriminadamente. El arma no fue dejada en el escenario del delito. Tampoco los disparos mortales ten;an lugar. En general, result; los tiradores ineptos. Hab;a gran cantidad de las balas disparadas sin algunas mortales. La v;ctima ha muerto debido a gran p;rdida de sangre y porque la ambulancia no llegaba mucho tiempo. Si no lo tuviera nada que ver con ;l, entonces podr;a permanecer sin pensar de esto. No obstante, ;qu; pasar;a si todo fuera al contrario? Ciertamente, en este caso es visto que hay una venganza de matones ineptos que perdieron un sitio rentable que estaba bajo el ala de canalla Coronel. Hab;a mucho de ellos en ese video terrible, donde ellos estaban de pie cerca de la valla de f;brica y despu;s de la muerte de jefe, cada uno sigui; su propio camino. Los otros que sobrevivieron despu;s de esa guerra de pandillas ya sean m;s afortunados o menos rencorosos.
          Todav;a, ;c;mo pod;an saberlo ellos? Aun si el viejo Paul sobreviviera y result; fuera un genio de maldad que pretender;a ser un ;ngel, a pesar de todo no decidir;a cometer la traici;n, porque todos sus acciones eran coherentes y explicables l;gicamente y ;l no destruir;a a hombre que desarroll; con tal dificultad, porque en este caso ;l enterrar;a la teleportaci;n con Albert junto. La versi;n de torturas fue descartada totalmente. ;l se teletransportar;a de cualquier silla de tortura, a donde querr;a. Hombre que posee tal capacidades, s;lo puede ser disparado de repente desde la distancia corta. Una versi;n muy poco probable dejaba de Olesya tomada como reh;n, pero reflexionando un poco, Albert tambi;n la descart; despu;s de comprender que esto ser;a un milagro. Adivinar que el viejo tuviera una amante tanto querida y precisar las coordinadas lejanas de ella, tal milagro podr;a ser hecho s;lo por el clarividente genial Messing o por la adivina famosa Vanga. Tambi;n Albert sab;a que Olesya y ;l mismo, los ambos eran equivalentes para Paul y ning;n intercambio podr;a tener lugar entre ellos. Y finalmente, ;c;mo lo podr;an relacionar al viejo m;s temprano que relacionar;an a ;l mismo? La transferencia de informaci;n fue sabida s;lo por los tres: ;l mismo, el viejo y Tolik. El ;ltimo, Sveta lo narraba, beb;a constantemente junto con su "techo", esto eran varios hombres. ;l beb;a y hablaba con ellos. ;Todo es claro! ;Idiota! Hab;a hablado, para ser asesinado a s; mismo. Sin embargo, si fuera as;, ;l no s;lo puso al peligro a s; mismo, sino tambi;n a Albert. Significa que ellos saben que Tolik ha transferido el dato a ;l y tambi;n que ;l mismo ha transferido el dato a alguna "incertidumbre", luego los vengadores chechenos vinieron desde esta "incertidumbre", complicaron todas las cosas a ellos y desparecieron en las monta;as, donde, es posible que ni KGB, ni CIA no podr;an revelarlos.
          "As; que, soy el ;ltimo eslab;n disponible para ellos, pero ellos no saben nada de la teleportaci;n y son tiradores malos. Si poseyeran un rifle de francotirador, entonces Tolik ser;a disparado por ello. En cualquier caso, ;l no puedo permitir ning;n punto blanco alrededor de m; mismo, al menos en la distancia de veinte metros, ninguna incertidumbre. Ser;a mejor identificarlos, robar sus armas. Tengo que cuidar a Nadia, para que ella estuviera bien protegida del ataque o secuestro y tengo que hacerlo en los pr;ximos d;as, incluso las horas".
          Modus operandi de los delincuentes lo consolaba en parte. Fue visto del todo que ellos preferir;an actuar sin complicar y m;s simplemente para ellos, vaciar sus armas a ;l justo en la calle en vez de penetrar en la casa, lidiar con las v;ctimas, tomar rehenes y algo semejante. Sin embargo, ser;a mejor tener un coeficiente suplementario de seguridad a pesar de todo. Si alguien de la gente cercana fuera afectada, es poco probable que alguna vez ;l pueda perdonarse a s; mismo. Y hay un peligro especial para ellos si los bandidos no lograran disparar a Albert mismo en la calle. Todav;a, tal intentos no ten;an lugar. ;l promet;a a Lena venir en tres horas y ya cuarenta minutos ya pas;. ;Ella despert; tal sentimientos en ;l! ;l no quer;a perder la oportunidad. Tambi;n no deber;a haber enga;ado a Lena. De repente ;l tuvo una revelaci;n: incluso estando desnudo, ;l puede salir del ba;o cada cinco minutos y verificar si todo est; sale y vale.
          Al debido tiempo Albert apareci; en la escalera ya de la cuarta amante en una fila. Aqu; en Mosc;, donde ;l apareci; despu;s de saltar inmediatamente sobre la distancia de treinta kil;metros, ;l se sinti; seguro completamente. Nadie va a dispararlo aqu; y esos vecinos no son m;s peligros que una v;bora si ello estuviera arrastr;ndose y silbando en unos metros de ;l. De hecho nadie disparaba a ;l y ning;n vecino malo estaba delante de ;l. Sin embargo, no not; que del piso arriba dos pares de ojos estaban observando con atenci;n a su aparici;n "desde la nada". Los due;os de estos ojos curiosos no mostraban ninguna emoci;n, sino se comportaban de la sobria manera y razonablemente, siendo semejantes a cient;ficos maduros en un laboratorio. Albert toc; el timbre. Lena feliz abri; la puerta. Los "ojos" no protestaban.

                Cap;tulo 21. Colas te est;n siguiendo.
         -;Viniste, mi amado! Te esperaba. Deja que esta noche sea la nuestra. ;Cu;nto tiempo puedes estar conmigo?
         -Dos horas, quiz;s tres.
         -Es poco, pero bastar;. No es ;ltima vez. ;Lo ves? No te he enga;ado. Ning;n vecino. Ninguna pelea. No soy m;s una dif;cil est;pida. ;Quieres que yo fuera para ti una chica valiente, traviesa y f;cil?
          Las ;ltimas palabras que fueron dichas a la vez con la excitaci;n sexual que estaba aumentando y ha llevado su obsesi;n apasionada hasta la condici;n m;xima posible. Y s;lo debido a una decisi;n de hacer durar m;s el placer, ;l no abalanzaba sobre Lena, c;mo un tigre sobre la presa, pero en vez de eso se sent; al div;n y orden;:
          -;Ven aqu;, moza!
          Lena vino, obedeciendo. Albert meti; la mano por debajo de la falda y empez; a tocar las m;s privadas ;reas. Lena jadeaba y entrecerraba los ojos. No hab;a ni bragas ni ba;adores debajo de la falda. Fue visto que ella se ha preparado para encontrarse. De hecho, ella le permit;a hacer todo, as; confirmando las palabras de su propia accesibilidad.
          De repente ella sonri; y dije, meneando del dedo y bromando:
          -;Oh, eres travieso! Viniste con el mismo pijama, pero niegas que me visit; ;ltima vez, finges, como si no supieras de qu; digo. Era t;, claramente que t;.  Antes tampoco dudaba.
          -;E incluso, si as; fuera, no servir;a de nada! - no dijo, sino cant; bromando, pero correctamente, estas palabras de Germ;n de la ;ltima escena de la ;pera "La dama de picas".
          -Alik, ;sabes que desde esta cosa podemos recibir el placer diez veces m;s, pero la mayor;a de gente no lo adivina, su imaginaci;n es desarrollada pobremente, incluso si se le ocurriera, a pesar de eso, ello dejar;a s;lo una imaginaci;n. Sin embargo, puedes hacerlo que quieres conmigo. Soy tu deudora, por lo tanto, permitir; todo, soportar; todo, sin tomar ofensa.
          Despu;s de decirlo, ella empez; desnudar y en un minuto estaba de pie delante de ;l desnuda completamente.
          Albert record; a Sveta.  Sac; un cigarrillo del bolsillo y fum;. Todav;a mirando atentamente a la chica pelirroja y desnuda que estaba de pie delante de ;l, pronunci;:
          -Quiero apagar el cigarrillo sobre tus nalgas.
          Lena palideci;, pero dijo:
          -No tengo derecho rehusar. Dici;ndolo, ella abri; la puerta del armarito i tom; un trapo blanco y limpio. - Haz una mordaza y m;telo a la boca, porque puedo gritar, sin ser capaz de soportar.
          La mano extensa a ;l con el trapo, muy temblaba. Albert entendi; que ella no es una masoquista, pero s;lo quiere coincidir con su gusto.
          -Cambi; de idea. No me gustar;a lastimar a las mozas.
          -;Me pones a prueba?
          -Mast;rbate frente a m; hasta del primer orgasmo.
          Lena hizo a un lado el trapo y comenz; a actuar con dedos en la entrepierna. Pronto ella gimi; voluptuosamente, retorci;ndose e inclinando la cabeza detr;s.
          -Dime, ;c;mo quieres t;? - finalmente ella pronunci;. - Quiero que obtuvieras el placer conmigo y estoy de acuerdo con cualquier tipo del sexo, t; lo sabes.
          De repente Albert record; las palabras que lo excitaron y las le repiti; a ella:
          -Est; valiente, traviesa y f;cil conmigo.
          Ella acerc; a ;l, sin avergonzarse, agarr; el objeto de pasi;n y se empal; sobre ello y empez; a dar saltos.
          -;No estoy valiente? ;No estoy traviesa? ;No soy f;cil? - ella estaba repitiendo a trav;s de la respiraci;n apasionada. - Oh oh oh.
          Ambos congelaron en la misma posa y parec;a a ellos, como si cayeran a la otra dimensi;n. El mundo terrestre se convirti; en para;so.
          Albert pas; en el hogar de ella menos de tres horas, pero logr; tener sexo con ella tres veces. Lena era hermosa e incomparable de su propia manera.
          -Yo quer;a pedirte un favor - ;l dijo justo antes de salir. Durante este per;odo, ;l logr; haber volado en secreto a casa cinco veces. - Deja Nadia vivir;a unos d;as en tu apartamento. Para que no me preocupara. Alg;n d;a te narrar; para lo cual debemos actuar as;.
          ;l se sorprendi;, viendo que le gusta tal proposici;n.
          -Pod;is venir incluso ma;ana.
          -Bien. Ella vendr; ma;ana de hecho. S;lo la acompa;ar;.
          Esta noche su esposa constat; que esta vez fue m;s agradable con el marido que habitualmente. Tambi;n ;l mismo fue alegre y feliz que siempre. Por lo tanto, ella estaba muy sorprendida, cuando Albert le dijo a ella que el asesinato de Tolik de que ella ha aprendido de Lena, puede tener que ver con ellos en tal grado que es peligrosamente continuar a vivir en el hogar incluso a ella.
          -;Permitir; Lena pasar las noches en su casa a nosotros? No la ped;a de esto. No se me ocurri; que esto tiene que ver con nosotros de alguna manera. 
          En vez de responder, Albert salt; de la cama y marc; el n;mero. Antes de responder de Lena el tel;fono, hab;an a cerca de diez pitidos largos en el receptor.
          -Perd;n que llamo por la noche. Es Alik que est; hablando. ;Recuerdas, ayer tardes te encontr; cuando regresaba de la tienda y t; ibas de nuestra casa al tren? As; que, dije a ti que  no impedir;a que vivi;ramos unos d;as en tu casa y t; estuviste de acuerdo? Conf;rmalo a ella, porque duda, - dici;ndolo, Albert entreg; el tel;fono a la esposa. Las amigas hablaban de esto y aquello un poco.
          -Bien, Lena. Hemos acordado. Vendremos a las once de la ma;ana. Adi;s.
          Albert tem;a que Lena le hable a ella o insin;e sobre la cita que ha tenido lugar, pero despu;s de la conversaci;n Nadezhda no mostraba ning;n signo de celos ni de sospecha. En vez de esto, hab;a una ansiedad debido a Albert que se dejaba en el hogar. Y ;l no le pod;a explicar a ella de ninguna manera que sea m;s seguramente para ;l, al menos cien veces. Narrar sobre la teleportaci;n ser;a inaceptablemente.
          Pusieron la alarma a las ocho en punto, se levantaron a tiempo, desayunaron. Albert decid;a acompa;ar a la esposa hasta el apartamento de Lena, para que ;l no se preocupe despu;s. Justo ahora ellos acaban de salir de la entrada e inmediatamente dos hombres vestidos de civil, les bloquearon el camino a ellos, pero parec;a algo "de polic;a" en toda su imagen. Albert iba adelante sin querer que la esposa corra peligro de un tiro probable. Y adem;s de eses dos tipos que exigieron cort;smente pero persistentemente presentar documentos, aproximadamente diez hombres con uniformas de camuflaje y m;scaras negras estaban apareciendo m;s lejano. All; tres tipos con las chaquetas negras de cuero fueron capturados sobre el asfalto, las manos fueron puestas detr;s de la espalda y en este momento los estaban esposando. Fusiles de asalto fueron apuntados a ellos por si acaso. Un poco m;s lejano como si un coche de prisi;n "Cuervo negro" estuviera de pie. Albert al principio estaba creyendo que ve;a a OMON y no prest; atenci;n a lo que fue escrito en los certificados rojos de hombres vestidos de civil. Ellos lo entendieron. Observando lo que ten;a lugar en el patio, Albert no not; que despu;s de abrir la primera p;gina en el pasaporte, el detective estaba mir;ndolo, examin;ndolo con gran curiosidad, como a un objeto interesante para su instituci;n y hab;a algo rapaz y despectivo a la vez en este vistazo. Tampoco Albert not; que el detectivo segundo empuj; ligeramente al primero en la espalda y s;lo despu;s de eso ;l dirigi; la mirada al pasaporte, le cerr; y diciendo sin coraz;n: "Perd;n", devolvi; el pasaporte al due;o. Albert no era un pajar;n, pero en este momento ;l constataba con gran sorpresa lo que no vio al principio que el coche que le parec;a a ;l el "Cuervo negro", ten;a inscripci;n "Pan" y si mirara desde la fuera, este veh;culo no difer;a demasiado de una furgoneta ordinaria de panader;a. A estos que fueron detenidos y cacheados si llevan armas, esposados, ahora fueron acompa;ados en la furgoneta con armas enca;onadas contra sus cabezas. Fue la ma;ana de d;a de descanso y hab;a pocos mirones. Ellos no fueron permitidos estar cerca.
          -Ciudadanos, franqueen m;s lejos. ;No es una pel;cula! - Albert y Nadezhda oyeron lo que fue dicho a ellos. - Es la detenci;n ordinaria de los criminales. No hay nada interesante.
          Ellos se fueron. El domingo y poca poblaci;n en la calle, esto estaba a favor a ellos. Al principio, agitando las manos, pararon a conductor privado. Luego pararon un taxi en Mosc;. Gracias a las calles desiertas, era f;cil asegurarse de que no hab;a ninguna vigilancia.
          En este momento, furgoneta sobre la cual ya conoc;is, tambi;n estaba lanz;ndose en Mosc;, acerc;ndose hacia el centro. Media hora todav;a no pas;, los detenidos que fueron acompa;ados del coche a las puertas macizas, ya se aseguraron que son trasladados a la Lubyanka (KGB).
          Los detectives despu;s de entrar al edificio e intercambiar de unas palabras con las personas guardia, les llevaron los detenidos a lo largo de corredores complicados y finalmente los empujaron literalmente a la puerta con una inscripci;n peque;a y asombrosa para la situaci;n de ellos: "Sala de cine". "OMON" se dej; afuera y dos personas en civil que los acompa;aban, entraron siguiendo y ordenaron sentarse sobre el banco.
          -Ahora, chicos, vamos a mostrar una pel;cula muy interesante a vosotros. No aconsejamos hacer tonter;as, pero es por si acaso, creemos que no sois tontos hasta tal grado.
          Los detenidos vieron en la pantalla una calle muy conocida en la ciudad Mytishchi. Pero tan pronto que ellos vieran a su v;ctima, es decir, a un hombre que iba en la calle, todav;a sano y salvo, todos tres palidecieron a la vez y la raz;n ten;a lugar. Cuando ellos vieron a s; mismos, acerc;ndose hacia la v;ctima de tres lados con las pistolas en manos, las rodillas sacudieron y las manos temblaron de todos tres. Intentaban no mostrar propio miedo, pero uno de ellos, sin poder cubrir la cara por las manos, debido a los grilletes, se agach;, boca abajo y cerr; los ojos.
          Uno de los hombres en civil, presion; un bot;n y un cuadro est; atorando en la pantalla, donde la v;ctima, Tolik, fue acostado sobre el asfalto ya siendo ensangrentado.
          Result;, los ;rbitros de sus destinos ten;an el sentido del humor.
          -Ahora, chicos, decid ;c;mo se llama lo que acab;is de ver en la pantalla? - pregunt; uno de los detectives, poniendo el acento en la palabra "se llama". Bueno, bueno, ;m;s audaz! ;Qu; genial parec;is en la pantalla! Sin embargo, ;qu; es actualmente? ;Hab;is escondido la lengua en el culo? Hablad. Si no hablarais, tomar;amos la ofensa. En vuestra situaci;n ser;a una gran desventaja si tom;ramos la ofensa. Ti mismo que casi se meti; debajo del banco, ;c;mo se llama lo que acabas de ver en la pantalla? ;Responde, sin hacerse el remol;n!
          -Se llama un asesinato, - uno dijo casi inaudible, ;l mismo que fue sentado de nuevo, pero segu;a mirando el piso.
          -;Es verdad! ;Asesinato! - el detective afirm; por la voz alegre. ;l parec;a como un maestro en la escuela que acaba de explicar un tema muy interesante, pregunto sobre este tema y oy; la respuesta verdadera para su alegr;a. As; estamos, chicos. El asesinato es lo que encarcelar;n a vosotros. Y no podr;ais salir de ;sta si insisti;ramos en vuestra condena. En qu; a;o ser;is dejados ir a la libertad, vosotros mismos pod;is calcularlo, pero cr;eme: el m;s afortunado no saldr; antes de que en ocho a;os. Sin embargo, si diera cuenta de siguiente...
          -Perd;n, - interrumpi; uno de ellos que result; estaba m;s audaz. - ;Por qu; es el KGB aqu;? Este caso es criminal.
          -El primero, ahora no es KGB, sino FSB. El segundo, yo iba a narrarlo, pero me interrumpiste. No obstante, vamos a mirar una "pel;cula" m;s, - ;l dej; ir "pausa". La v;ctima que fue derribada por el mont;n de balas, permanec;a m;s unos segundos en la pantalla y la imagen despareci;.
          -Y ahora el segundo episodio. Acabamos de recibirlo, - dici;ndolo, ;l cambi; la pel;cula en el proyector.
          El "segundo episodio" era sonorizado. De nuevo los tres detenidos aparecieron en la pantalla. Ellos conspiraban y atribu;an funciones, discut;an, pero no mucho, despu;s de eso la escena de detenci;n sigui;. La puerta de entrada abri;. El hombre est; saliendo que ocup; todo el cuadro y la mujer hermosa es vista detr;s de ;l. Luego la revisi;n de documentos de este hombre tiene lugar y ;l levant; la vista y parece como si estuviera mirando justo aqu;, a la sala de cine. De nuevo pulsaron "pausa".
          -Comiendo se abre el apetito, ;no es as;? Un asesinato no es suficiente, ;eso es as;? ;Quer;ais m;s? Pero esta vez fracasasteis. ;Quer;is salir a la voluntad?
          Silencio.
          -;Quer;is ir a la voluntad? Parece que estuviera preguntando a vosotros.
          -;Es eso posible? - uno de ellos pregunt;.
          -Es posible que no os entregar;n a las polic;as de Mytishchi, sino a la polic;a de administraci;n regional. Ellos encarcelar;n a vosotros en celdas de detenci;n preliminar, luego a la prisi;n de Butyrka. De vero hay una esperanza, entonces deb;is estar muy francos. ;Por qu; hab;is matado a la primera v;ctima?
          -Es responsable de que nuestro patr;n era matado, con el cual viv;amos m;s mejor. Probablemente, ;las detallas no son interesantes para vosotros?
          -;Por qu; ibais a matar el segundo?
          -Ellos ambos est;n en el caso. El primero reuni; evidencias contra nuestro jefe y los dio al segundo. El segundo los dio a alguien m;s.
          -;Ad;nde? - ahora ya ambos detectives se acercaron y miraban por turnos a los ojos de cada de ellos. Era dif;cil de soportar estos vistazos para todos los tres c;mplices sin acostumbrar y ellos daban vuelta involuntariamente. Finalmente, uno de ellos cay; el veinte:
          -Descubriremos. Si lo necesitara, entonces descubriremos. Creo que no forzar;n a soplar de nuestros tipos, porque ellos no pueden ser clientes de ustedes. Perd;n, pero estas apostadores no son nuestros. No es ignominioso a reportarse de tal tipos. Si necesitara, ayudaremos, pero ;c;mo hacerlo en prisi;n?
          -;Sab;is, por qu; muri; vuestra v;ctima?
          -La ambulancia vino demasiado tarde, ;l se desangr;.
          -No es.
          -;Matamos?
          -No dudo. Sin embargo, no es lo principal.
          -Siendo borracho, ;l hablaba demasiado, cuando beb;a con su "techo".
          -;Comprend;ais lo que podr;a ocurrir si nosotros... os dej;ramos ir y en vuestra alegr;a emborrach;ndose hablarais demasiado? Este caso es m;s importante que cre;is.
          -Podemos ayudaros. Gracias. Ya casi hab;is "ayudado". No sois pros, por lo tanto, est;is equivocado si cre;is, como si reclut;ramos los soplones de vosotros. Puede ser, ser;ais ;tiles para las polic;as. Incluso, todav;a no entendisteis la raz;n de la cual est;is aqu;. Conocemos a vuestra v;ctima primera, es el primer eslab;n de cadena. Este hombre en la pantalla es el segundo eslab;n. Incluso nosotros no sabemos, qu; est; m;s lejano. Y vosotros casi hab;is liquidado este segundo eslab;n. Casi hab;is complicado todas las cosas a nosotros. ;Cre;is, como si muy necesit;ramos tratar con vosotros en vez de la polic;a? ;Encarcelaros? ;Pagar el pato de polic;a?
          -Ellos ya comprendieron todo, - interrumpi; el segundo detective.
          -Esto, - el primero continuaba, se;alando la pantalla, - nuestro objeto, estamos elabor;ndolo. Y repentinamente interferisteis con vuestro ajuste de cuentas. No vamos a reportaros la raz;n, para qu; lo necesitamos. Y no necesitamos vuestra ayuda. Mismos lograremos.
          -No supimos. ;Osar;amos interferir?
          -Interferir;ais mucho, incluso si lo observarais desde lejos. ;Incluso no os;is pensar de ;l! Matasteis a uno ;y no es bastante? Sin embargo, aqu; ten;is que hacer excepci;n. Os tenemos justo donde queremos. Si no lo hac;is as;, vos entregaremos a las polic;as con el dato, qu; "buenos" sois.
          -;As; que, dejan ir a nosotros?
          -Aguantad regocijarse. Pronto ser;is encarcelados por largo.
          -;Por qu;? ;Ustedes nos dejan ir temporalmente?
          -Porque, incluso si uno de vosotros se emborrachara y hablara, entonces todos tres ser;is encarcelados.
          -Ni una palabra. Deja morir alguien que dijera algo. Nosotros mismos... - ;l iba a decir "mismos lo mataremos", pero se dio cuenta y se par; a tiempo. - Y no somos demasiado habladores. Puede hablar, luego dejarse sin cabeza. As; que, nos acostumbramos y sabemos hacer algo.
          -;Hay alguien, excepto vosotros, bastante est;pido para acercarse hacia nuestro objeto con pistola o con cuchillo, o con algo m;s? - pregunt; uno de detectives que era m;s viejo.
          -No, excepto nosotros, no conduce a ninguna parte, s;lo puede ser a trav;s del primer eslab;n.
          -;A trav;s del hombre al cual matasteis?
          En vez de responder, el bandido asinti;, callando.
          -Respond;is con las cabezas por la preservaci;n de objeto. ;No bromamos!
          -Sin embargo, ;si alguien de un eslab;n de m;s arriba le atacara a ;l?
          -Ver;amos inmediatamente la diferencia. No respond;is por ese lado, sino respond;is por todos con los cuales vuestro "amigo" difunto estaba bebiendo y hablando. ;Conoc;is a los todos?
          -S;, a todos. Los intrusos desconocidos no necesitan a vuestro objeto.
          -No digo de desconocidos, sino de las marionetas de as; llamado Coronel que ahora est; difunto.
          -Yo conozco a todos ellos. No lo har;a nadie, excepto nosotros. ;Ven ustedes hasta cual punto somos francos? Si alguien atacara a este apostador, sabremos inmediatamente y llegaremos a un acuerdo de alg;n modo.
          -Esperamos - de lo contrario no dejar;amos ir a vosotros, - despu;s de decirlo, el hombre en civil tom; una bolsa negra del armario peque;o, luego mir; all; de la puerta y llam; a dos guardas vestidos con la misma ropa de camuflaje sin algunas marcas de identificaci;n.
          -Quitadles las esposas. Y cada uno de vosotros, tomad vuestras cosas, qui;n pertenece ad;nde.
          -Incluso ellos devolvieron las pistolas, - uno de ellos inform; con alegr;a pero susurrando a los c;mplices.
          -No nos llevamos nada y no os detuvimos, olv;dalo, - sonriendo con sarcasmo hablaba el detective que era m;s viejo. - Simplemente, para que no fuera encarcelado por mucho tiempo, ten;is que comportarse muy bien y espero que sab;is de cual manera. Si no comprendierais, vuestra carrera terminar; as;.
          -Hasta la vista. ;Muchas gracias a ustedes!
          -No hay de qu;. Para vosotros, ser;a mejor, ;adi;s para siempre! - luego agreg; en silencio tras de ellos: tambi;n para nosotros.
          En este momento, Albert con la esposa, yendo en taxi en una parte de Mosc; en un distrito que todav;a no fue edificado, pidi; que parara el coche en el terreno abierto, donde la carretera era vista lejos y los coches pasaban raramente. Esta parte de la naturaleza todav;a no fue tocada. Ahora esperaba la ejecuci;n de sentencias de los dise;adores: ser arrasada y cubierta por el asfalto, penetrada por las instalaciones subterr;neas, arrasada por las fundaciones de edificios de varios pisos semejantes a las cajas. No obstante, ahora esta parte todav;a fue semejante al oasis en desierto. Por lo tanto, los campos aburridos, a pesar de ser tales, disfrutaban al verlos y permit;an aunque un poco, sino tener cierta privacidad y descansar el alma.
          Nadia ya empezaba a quejarse, porque ellos estaban conduciendo y todav;a no alcanzaron.
          -Finalmente, enti;ndelo. No te llev; aqu; para descansar. Han lugares m;s mejores para esto. Simplemente quiero reducir la probabilidad que llevemos las colas con nosotros, reducirla a los l;mites, ;lo comprendes? Hasta los l;mites posibles, - Albert se contestaba y a pesar del descontento que la esposa no dejaba de expresar, ;l esperaba durante m;s que una hora, como iba a hacer. Despu;s de eso, ;l alquil; un coche que iba a la direcci;n contraria, pero conductor, por buena paga, estaba de acuerdo dar la vuelta y llevarlos justo a la entrada de Lena. Nadezhda estaba sorprendida que ;l teme que las colas los siguiera y a la vez va a visitarlas frecuentemente.
          Lena les abri; la puerta pronto. Su comportamiento con Albert esta vez no fue diferente de costumbre. ;l cre;a que probablemente ella no hablar; y ;l no se equivoc;. Todos estaban sentados en mesa a cerca de cuarenta minutos. Lena, conociendo los h;bitos de invitados, les prepar; el t; fuerte. Finalmente, Albert prometi; venir ma;ana por la noche, tambi;n dijo que va a tomar el metro y a caminar a la estaci;n a cerca de tres kil;metros para dar un paseo. Al girar la esquina a un patio, ;l entr; a la primera entrada que vio y asegur;ndose que no hab;a nadie alrededor de ;l, se teletransport; a su propio apartamento.
          Suficiente pronto Albert not; una taza con t; que no fue bebido hasta el fin. La toc;. El t; todav;a no se enfri;. El sentimiento alegre brill; en su mente. Casi instant;neamente ;l tom; el tercero volumen de Tantra y abri; la p;gina 343. Hab;a una nota all;:
          Tuviste un descuido. Las colas te est;n siguiendo. Nos encontraremos en Nueva York 2... de octubre a las 18 en punto (hora de Mosc;) o 10 (hora de Nueva York) en la esquina de Broadway y la avenida N. Si no lograr;s a tiempo, espera el mensaje siguiente. El mapa de Nueva York es puesto en libro "Aerodinamica". Destruye esta nota inmediatamente. Tu amigo, sano y salvo. Adivinar;s.
           2... de octubre era hoy. Era el mediod;a. Hab;a seis horas hasta la reuni;n. No hay avi;n que lo igualar;a. Albert quem; la nota en la estufa de gas. Moli; sobre el inodoro lo que fue dejado, tir; la cadena y se lav; las manos. En seis horas se reunir; con el amigo que consideraba muerto.
                (Fin de la primera parte)